En el marco del acto conmemorando el trigésimo noveno aniversario del intento de recuperación de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas, el suboficial mayor de la Armada Argentina, Antides Omar Candarle, expresó textualmente.
«…Hoy, después de treinta y nueve años de la gesta de Malvinas, por primera vez tengo la responsabilidad de expresar unas palabras, para lo cual los voy a invitar a hacer una reflexión sobre los dos epicentros que tiene esta gesta, esta última guerra romántica que hubo en el mundo. Y esos dos epicentros son nuestros héroes y nuestras islas. Hablar de nuestros héroes es hablar de un grupo de muchachos que venían de diferentes puntos del país, que tenían diferente preparación académica, diferente situación socioeconómica, diferentes credos y religiones pero que, cuando la Patria los necesitó, estuvieron todos juntos ahí. Se pusieron de poncho nuestra bandera y marcharon orgullosos a defendernos. Ellos no grabaron un disco de platino, no ganaron un Oscar, no hicieron un gol en el Mundial pero hicieron algo que sólo los héroes pueden lograr; entregaron el bien más preciado que Dios nos dio y que es la vida. Entregaron la vida por amor a la Patria, por amor al desconocido…Vaya, qué grandes que son. Muchas veces idolatramos falsos ídolos y nos olvidamos de ellos, que feo. Cuando yo hablo de dar la vida no estoy haciendo apología de la muerte ni de la guerra porque si algo nos enseñó la guerra, precisamente, es querer la vida y odiar la guerra. Ellos, algún día, en alguna base o en algún cuartel, o en las mismas Malvinas, juraron sobre los Santos Evangelios dar la vida por la Patria. Y vaya si lo cumplieron. Lo fuerte para ellos es la palabra PALABRA, precisamente. Palabra que hoy está bastante devaluada; hoy a menudo vemos personas frente a cámaras apoyar la mano derecha sobre una Biblia y jurar por los Santos Evangelios defender la Patria hasta perder la vida…y después la traicionan. Ellos (los caídos en Malvinas) son el ejemplo que tenemos que seguir en lo que se refiere a la PALABRA. Si hablamos de Malvinas, creo que no tendríamos todo el día para expresar todo lo que es Malvinas hoy. Lamentablemente hablamos de Malvinas solamente el 2 de abril; el día 3 de abril hay una noticia económica o política en el país y todos nos olvidamos. Pero, para resumir un poco, yo les quería contar que ni bien se firmó…se acordó el cese del fuego el día 14 de junio de 1982, en la Cámara de Lores de Inglaterra, el nieto de Winston Churchill pronunció un discurso que fue muy aplaudido por el resto de esa cámara. Entre otras tantas palabras él pronunció: ´Debemos lograr ver al pueblo argentino revolcado en el fango de la miseria para que los hijos y los nietos de quienes defendieron las Malvinas no tengan la fuerza suficiente para volver a hacerlo´. Y vaya si lo están logrando. Después de esa corta pero miserable guerra nuestro país fue una consecución de equivocaciones en lo político, diplomático, social y cultural. Les allanamos el camino para vernos revolcados en la miseria que pretendían. Diplomáticamente, las relaciones exteriores y los acuerdos bilaterales con el Reino Unido quedaron a las órdenes del gobierno de turno. Y fue una seguidilla de errores por desinterés o por inoperancia de los responsables de turno que fueron dándoles todas las armas al Reino Unido para que se haga cada vez más fuerte en nuestras islas. Socialmente, todos sabemos que llegamos, los que tuvimos la suerte de volver, y el mismo pueblo que un día nos despidió con lágrimas, palmas y banderitas, nos dio la espalda. Esa espalda que nos dio el pueblo causó más bajas que el mismo combate. Muchos veteranos no pudieron soportar esa mirada con cierto desprecio. Sumado a todo esto, culturalmente hicimos un gran esfuerzo para perder la Patria. Nos empezamos a olvidar de las fechas patrias; el 2 de abril rogamos para que caiga viernes así tenemos unos días para descansar; despacito se fueron retirando las banderas de ventanas y balcones los 25 de mayo…Se contrataron cineastas y directores de cine que escribieron guiones vergonzosos mintiendo sobre el accionar de los soldados en Malvinas, dándole al soldado la categoría de loquito de la guerra, muerto de hambre y cobarde. Y no nos quedamos tranquilos con eso e impulsamos cantantes que le cambiaron la música a nuestro Himno nacional. Como un gran logro terminó siendo tarareado en las canchas de fútbol. Así perdimos la Patria. Es triste pero, en un día como hoy de reflexión, es tiempo de sincerarnos y aceptar que tomamos el camino equivocado. Tampoco todo es negativo porque de acuerdo a ciertos movimientos en el ánimo de los ciudadanos vemos que surgen grupos que defienden la causa Malvinas. Y…resumiendo toda esta hecatombe que vivimos, yo encuentro en Argentina cuatro diferentes grupos. El grupo integrado en su mayoría por jóvenes que ni siquiera saben qué pasó el 2 de abril ni les interesa. Hay otro grupo integrado por gran parte de los veteranos de la guerra, familiares de los caídos, muchos maestros que escucharon la historia y defienden la gesta. Hay otro grupo, de mayores de cuarenta años que vivieron y sintieron a la guerra pero que repiten como loros el verso que se instauró, ese del general borracho, los loquitos de la guerra, los cobardes y los muertos de hambre. Y últimamente apareció otro grupo autollamado combatientes continentales. Yo los llamo caranchos carroñeros. Son ciudadanos que en 1982 fueron desplegados por el sur argentino para defender las ciudades de un posible ataque inglés. Después de 1999, cuando se logró que al veterano de guerra se lo compense con una pensión vitalicia, estos veteranos continentales se dieron cuenta de que eran patriotas. Y hoy pululan por el Congreso de la Nación, apoyados por abogados inescrupulosos y políticos que, en busca de un voto futuro, se prostituyen. Exigen que el pueblo argentino los indemnice y les den el honor que no tienen, el honor de ser veterano…Yo creo que no es una utopía creer que podemos revertir esta situación. Los que estamos hoy presentes acá me dicen que no. Posiblemente todavía haya gente de buena voluntad que de a poquito vaya siendo cada vez más. El día 31 se inauguró en Santa Ana un monumento hermoso a nuestros héroes y anoche compartimos la vigilia en Chajarí. En ambos casos hubo mucha gente que concurrió. Yo creo que si todos ponemos el empeño podremos salir de este fango miserable en el que estamos hundidos. Se necesitará la ayuda de los maestros y las iglesias para recuperar el sentido de Patria. Llevará mucho tiempo; tal vez nosotros no estemos acá pero los que llevamos la bandera de Malvinas bien alta soñamos con poder lograrlo…»
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