Desde hace más de treinta años los Salazar, los Grieve, los García, son familias problemáticas. O por lo menos algunos desconfían de la buena fe por sólo portar uno de estos apellidos. ¿Y el hijo del «Flaco» Benítez qué? ¿Qué hizo durante treinta años este empleado municipal cobijado bajo la sombra del sindicato municipal y sus pares? El hijo del «Flaco» Benítez, Rodrigo «Chotera» Benítez, algún problema debió haber tenido con o contra Carlos alberto Salazar, de 29 años, para herir primero y -diez días después- matarlo de un tiro que dio bajo la tetilla izquierda.
Esta es una primera cuestión. Si bien es cierto que los Salazar mantuvieron en vilo y asustados a los habitantes de «la vieja» Federación durante años también es cierto que determinados dueños de aserraderos (como «Chotera») se sirvieron de ellos. De ellos y de los «mano de obra barata» que trajeron de Misiones a cambio de trabajo mal pago, una casilla y un plato de comida.
Otras cuestiones tienen que ver conque vecinos y amigos más los parientes de estas familias mencionadas líneas arriba siempre quieren hacer justicia por mamo propia contra el ya sacudido -por fuera y por dentro- hospital San José. Al recién asumido Javier Surt, el radiólogo que recibió el fierro caliente de la dirección hace poco, le tocó enfrentarse con una manzana rodeada por Policía y Prefectura, un hospital vallado y cercado más un centenar de personas que pedían a gritos ver el cadáver del asesinado.
En resumen: Rodrigo Benítez está detenido, Carlos Alberto Salazar está muerto, un par de familiares del muerto están presas, una adolescente volvió a su casa con un brazo remendado porque se cortó con los vidrios que ellos mismo rompieron; un aserradero quemado, una agencia de quiniela destrozada y cuatro detenidos. Parafraseando la frase de la Secretaría de Turismo que dice «Federación te enamora»: ¡Federación te sacude!
FEDERACIÓN TE SACUDE.

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