PRESOS QUEMADOS EN GUALEGUAYCHÚ: TESTIMONIOS DE LAS VÍCTIMAS.

En el anochecer de este lunes 3 de marzo, FEDERACIÓN AL DÍA  tomó contacto con la familia de Luis Horacio Lencina, «el Hora», de 23 años, un federaense que purga una condena de cuatro años en la Unidad Penal N° 2 de Gualeguaychú y sobre el que aseguran fue señalado como hijo de un policía. Es verdad, «el Hora» es hijo de policía. Heredó el nombre completo de su padre, Luis Horacio Lencina. La hermana del detenido, Romina Fernández, se prestó a dar testimonio de lo ocurrido. Cabe recordar que tanto el federaense Luis Horacio Lencina como otro detenido identificado como Orlando Manuel, de Concordia, estaban castigados. En la celda 3 de castigo, un cubículo donde apenas entran dos personas, ya estaba Orlando y después llega «el Hora», castigado por reclamar que cada vez que lo visitaban y le dejaban ropas se las robaban. En la noche del domingo 26 de marzo alguien, que por familiares y detenidos fue identificado como un guardiacárcel, tiró una antorcha dentro de la celda. «El Hora» se llevó la peor parte porque su compañero, un concordiense, metió la cabeza dentro del inodoro salvándose de las quemaduras.

TESTIMONIO DE LA HERMANA, ROMINA FERNÁNDEZ.

«Es injusto lo que hicieron con él porque ya está cumpliendo su condena, no se merece que le hagan eso», comenzó a relatar Romina Fernández, hermana de Lencina, trabajadora de un aserradero. «Primero informaron de la radio y no sabíamos nada pero la gente comenta; el lunes a la tardecita nos comentaron pero no se acordaban de los nombres de los quemados entonces llamamos a otro lugar y así fue que nos enteramos», dijo Romina. Agregó que, «desde el penal nunca nos informaron como familia que somos; nos extrañó mucho que no hayan informado nada porque estaba muy grave mi hermano». 

«Él ya hace más de dos años que está y nosotros tenemos contactos afuera y sabemos lo que pasa adentro; estamos muy lejos y se nos complica viajar y parece que ellos aprovechan eso y le hacen pasar todas estas cosas», relató. «Nos enteramos el lunes a la noche (27 de marzo) y el martes ya estábamos viajando para allá; viajamos a Gualeguaychú y nos encontramos con Luis Lencina, mi hermano, sin poder respirar; con oxígeno porque no podía respirar; se encuentra en el hospital…demoraron tanto en sacarlo que sus graves quemaduras están en un estado crítico; necesitamos llevarlo a Buenos Aires adonde están los quemados porque no puede seguir en ese lugar porque no tienen todos los recursos para atenderlo ahí; ni siquiera los médicos de ahí (el hospital Centenario de Gualeguaychú) saben el estado en el que está», contó Romina a FEDERACIÓN AL DÍA.

«Nosotros tenemos que averiguar con un abogado de Gualeguaychú porque si es de acá sería muy complicado; tiene que ser de allá porque así sería mucho más fácil para la familia y para él», respondió Romina Fernández al ser consultada sobre la cuestión legal. alguien debe poder defender a un preso que fue incinerado. Romina volvió a la carga afirmando que «no es de ahora esto que le pasó a mi hermano, porque ya varias veces pasó algo así». Ratificó que desde su llegada al penal de Gualeguaychú, su hermano sufrió maltratos y golpizas. «Le roban todo; de noche no puede dormir tranquilo porque si no lo golpean le roban; lo pasan de un lado a otro y lo golpean; los mismos guardiacárceles se encargan de hacer esos conflictos», dijo. «Las veces que hemos ido a verlo a la cárcel…entrando de la puerta para adentro es una locura;  se ve como maltratan a los familiares cada vez que uno va a visitarlo; queremos justicia para mi hermano porque esto no puede quedar así», dijo. 

Romina Fernández, hermana del detenido quemado, asegura que «el Hora» cometió muchos errores, consumió drogas y robó pero -aseguró- «es inhumano lo que hacen con él». «A él le arruinaron la vida y ahora él depende de nosotros», dijo. Informó acerca de su hermano que «la causa por la que lo metieron es por robo pero, ¿cómo te puedo explicar?, no fueron robos graves ni con armas; le pasó como a muchos gurises que no entiende y uno le habla y le habla…estaba tratando de salir de las drogas; lo ayudamos y él no mató ni violó ni lastimó a nadie, por eso no se merece lo que le hacen». Dijo Romina Fernández que «el penal de Gualeguaychú es de terror». Y afirmó que a su hermano lo amenazan los guardiacárceles avisándole que el regreso al penal no será un lecho de rosas.

Respecto de los dichos del titular de la Unidad Penal N° 2 de Gualeguaychú, Alejandro Mondragón, Romina Fernández salió al cruce. «Queremos hablar con el señor ése; nunca dio la cara y queremos que de la cara ante nosotros que somos los familiares; antes de hablar por un medio queremos que nos llame; nunca nos llamó y eso que es el director; ya que es responsable de un penal por qué dejó pasar tantas horas y ahora siguen pasando cosas ahí», preguntó la hermana del detenido quemado. «A mi hermano lo quieren matar y la pregunta es por qué; yo no tengo una respuesta a eso; no es a él al único que judean», expresó. «Él estaba tratando de hacer las cosas bien para que lo pasen a la cárcel modelo pero lo obligan los guardiacárceles a pelear y si no pelean lo castigan así», aseguró la hermana del «Hora».

«No lo dejaban hacer sus necesidades; lo golpeaban; le tiraban la comida al suelo y no lo dejaban bañarse; ahora sigue shockeado por lo que le pasó; está con oxígeno; lo quemaron y cuando ya no daba más lo sacaron a los golpes y a las patadas; lo pateaban en las partes de su cintura para abajo», informó la hermana de quien ahora está encadenado a una cama del hospital de Gualeguaychú.

EL TESTIMONIO DEL PROPIO LUIS HORACIO LENCINA.

(En la foto de la izquierda «el Hora» Lencina es el de remera rayada, el otro es Orlando).

«Hola, yo me llamo Luis Lencina y paso a contar lo ocurrido el domingo, a las once y media de la noche…» La voz sale con dificultad. La voz hace increíble imaginarse a alguien que habla después de casi morir quemado. El celular de su hermana reproduce al audio del calvario al que fue sometido junto al otro preso de Concordia.

«Cuando nos encontrábamos con mi compañero en la celda número tres, con Orlando Manuel; estábamos acostados y nos tiraron una antorcha prendida fuego; nos despertamos entre el fuego y el humo y era desesperante porque no podíamos gritar…y el servicio no llegaba y nos estábamos quemando vivos». El relato parece sacado de un relato de presos politicos desaparecidos en la dictadura o desde las mazmorras de la Edad Media. Pero sucedió en Gualeguaychú, en pleno Siglo XXI.

«Ellos podrían haber llegado a tiempo pero no. querían que nos quememos; hoy en día, con mi compañero, estamos para contarla pero estamos re mal, peligrando que nos agarre algún virus en nuestra piel; estamos medicados y tenemos que cuidarnos muchísimo; estamos totalmente quemados y es algo horrible que no le deseo a nadie», dice la voz de Luis Horacio Lencina, que se escucha dopada a través del whatsapp del celular de su hermana.

«Solamente mi compañero y yo sabemos lo que pasó esa noche; el servicio llegó tarde; llegó para los aplausos; ellos deberían haber llegado más rápido y no nos hubiéramos quemado de la forma que nos quemamos». Con este párrafo Lencina no hizo más que afirmar que las cárceles son un depósito de gente, en las que hay un delegado que hace de nexo entre presos y guardias pero donde impera la ley del más fuerte. «Si se llegaba a prender fuego el otro colchón no contábamos el cuento; cuando llega el servicio nos sacan y nos tiran al lado y nos cagan a palos; nos tiraron ahí y nos decían que habíamos prendido fuego el colchón; nosotros ni estábamos enterados de nada, estábamos desorientados por el humo, las quemaduras y todo…me pisaron las manos y me acuerdo que me pegaban patadas tanto que se quedaba mi piel quemada pegada en las botas de ellos…fue algo horrible que solamente vivimos mi compañero y yo», dijo Lencina.

«No me gustaría que a nadie le pase porque esto es algo horrible pero ya ha pasado algo así; ellos trabajaron mal y nos quemamos enteros; la estamos contando porque se alcanzó a apagar el fuego; si el fuego no se apagaba, hoy en día…las quemaduras que tenemos en nuestro cuerpo nadie las va a quitar y es muy doloroso no poder dormir a la noche, y Mondragón quiere tapar la macana que se mandó pero no va a ser así porque nosotros estamos hablando con Derechos Humanos y vamos a movernos para que se haga justicia», continuó su relato el detenido ahora encadenado en el hospital Centenario de Gualeguaychú.

(En la foto de la izquierda, el director de la cárcel, Alejandro Mondragón)

«Queremos que esto no les pase a otros chicos, como ya pasó antes porque esta cárcel es cualquier cosa; desde el punto de vista de afuera uno lo ve y pueden decir una cosa u otra pero otra cosa es estar adentro y ver en carne viva lo que pasa adentro del penal; te mandan al choque; el mismo Servicio Penitenciario te manda a pelear; sacan a los internos para que choquen y se caguen a puñaladas; ese penal es cualquier cosa y todos hacen cualquier cosa y nadie controla, y Mondragón, el director, quiere tener el control y dice que hay orden pero nadie respeta nada y no hay orden; una cosa es estar afuera y que te lo cuenten y otra es estar ahí adentro y ver la realidad de la desgracia que pasa ahí adentro», dijo Lencina.

«El Hora» Lencina repite que no le desea a nadie estar íntegramente quemado y ampollado. Dice que no puede dormir porque el cuerpo le arde terriblemente y las gasas se les pegan a las heridas. «Queremos que se haga justicia y que nos podamos recuperar de esto porque estamos muy mal», dijo. Repite que faltó poco para morir quemados y lanza una frase muy ilustrativa: «vivimos el infierno en vida».

«Hoy en día, que se desparramó en todo el mundo la noticia y que se vieron las fotos, les está apretando el zapato y quieren acomodarla pero esto no va a quedar así», se escucha al final del audio. Después suena un celular y la música que avisa del llamado interrumpe la escucha. Al momento de oir el audio del infierno vivido por el federaense y su compañero de celda, la madre de Lencina, está regresando desde la cárcel de Gualeguaychú a Federación.

 

 

Sobre el Autor

Carlos Suarez
Periodista egresado del ISET N° 18 "20 de Junio" de Rosario, S.F. en 1990. Participó del Primer Congreso Internacional de la Comunicación y el Periodismo en 1998. Colaboró con el programa LA OREJA de Radio Rivadavia conducido por Quique Pesoa en 1992. A partir del 1 de octubre de 2018 condujo VIVA LA MAÑANA por Radio Viva 104.9 de Federación, E.R. En este 2019/2020 administra y redacta en esta página Federación al Día. A partir del 29 de junio de 2020 volvió a FM Stereo 99.3 con el clásico "Demasiado temprano para mentiras", desde las 7 de la mañana. En marzo de 2021 comenzó el nuevo ciclo "La Mañana de Uno" por la 106.1, de lunes a viernes y de 9 a 12 de la mañana.

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