CASO VANINA OJEDA: LA ECHARON POR DIABÉTICA.

Gisela Vanina Ojeda, de 34 años, alquila a su cuñada una habitación en Las Camelias al 2600. Tiene a su madre en Federación pero a sus hermanas en Concordia donde ella trabajó como empleada doméstica y en negocios durante mucho tiempo. Instalada en Federación trabajaba en el motel «Eros», ubicado sobre la ruta provincial 44, de donde salía a las seis de la mañana para ir a trabajar a «Cabañas del Lago». Como era demasiado esfuerzo, ella decide salir del motel en el que trabajaba porque las expectativas respecto del trabajo en los bungalows eran buenas.

«Yo quedo trabajando en «Cabañas del lago» porque ella me pidió que me quedara cuando les faltó personal», dijo. Cuando dice «ella» se refiere a Vanesa Balbuena, la encargada de «Cabañas del Lago, sobre la que Vanina Ojeda descarga las críticas más pesadas. «Ella me dijo si estaba de acuerdo en trabajar ahí y me dijo que me iban a blanquear; yo estaba contenta que consegui otro trabajo porque ya había dejado el motel», aseguró la subocupada.

Después de tres meses la registran como trabajadora formal, la blanquean, pero después de eso viene la sorpresa desgraciada de ser echada. «Los patrones, que no son de acá sino de Buenos Aires, una de ellas se llama Susana, estuvieron dos días, al tercer día que fue miércoles aparece la encargada a decirme que me echaba porque los patrones no querían tener a nadie en blanco, que la temporada había caído y no tenían plata, pero después me encara y me dice la verdad, que me echaba porque estaba enferma», dijo.                                                       (Arriba, copia del análisis hecho al momento de echarla)

Vanina Ojeda trabajaba en el motel «Eros» cortando el pasto cuando nota que le ha salido lo que ella llamó «un nacido» en el pecho. Se hace ver con un médico y la operan. Después ede eso le informan que es diabética y que debe depender de la insulina, la que se coloca tres veces por día en dosis de 25 cada una. Lo descubrió hace casi cuatro años. «A mi me descubren la diabetes cuando tuve la neumonía grave», dice. Esto sucedió y debieron pasar tres años hasta la aparición de la bola en uno de los pechos, después le recetaron la insulina tres veces por día. Además debe tomarse la tensión arterial.

«Mi compañera ayudó para que me echaran», dijo refiriéndose a Romina Navarro, otra compañera de trabajo. «Estábamos limpiando una de las cabañas y yo tuve mucha confianza con ella y le conté los problemas de salud que yo tenía; ella supuestamente llamó a los patrones y les dijo lo que me pasaba», dijo Ojeda. Lo que llama la atención es que todo para girar en torno a empleadas que se pelean entre sí. Ojeda nunca habló mal de sus patrones, los dueños de «Cabañas del lago». «Además Vanesa Balbuena la metió a mi hermana en el medio porque dice que mi hermana la llamó para decirle un montón de cosas de mi, que era una abandonada, que estaba enferma y no sé qué otras coas; por eso también te echo, me dijo la encargada (Balbuena)», relató Vanina Ojeda.  Por esto, contó Ojeda, le dio una crisis de nervios y se puso a llorar desconsoladamente en una de las cabañas.

A partir que se conoció el caso Vanina Ojeda ha comenzado a hacer changas de limpieza en otro complejo de alojamientos para turistas. No tiene chicos y eso le alivia la situación pero debe pagar el alquiler y otras deudas. Consultó a un abogado, cuyo nombre la mujer no dio, y le dijo que no tenía posibilidades de ganar un juicio ni cobrar nada ya que la encargada de «Cabañas del Lago» le hice mandar el telegrama de renuncia. «Iba a ir a lo de Alan (dice por el secretario general de UTHGRA en Federación, Schomborn), pero…», dijo, y dejó la frase sin terminar.

Gisela Vanina Ojeda aseguró que la encargada de los bungalows debe padecer algún tipo de trastorno y aseguró que, «para mí que ella pensó que yo me quería quedar con el puesto de ella y nada que ver porque yo estaba contenta con mi lugar de trabajo».