En el último tiempo es sostenido el avance del consumo de drogas y de su distribución en esta zona. La región Salto Grande, sin ir tan lejos Concordia, según algunos titulares, fue un lugar estratégico para la logística del trasiego de estupefacientes.
La ruta nacional 14 es la vía de traslado de cargamentos de marihuana a grandes escalas, como así de vehículos que llevan cocaína con destino a Buenos Aires para ser cortada y «estirada». Otros vehiculos ingresan narcóticos a la región por parte de bandas criminales.
Hay que aclarar que el narcotráfico en Argentina sigue siendo un crimen des – organizado. Hasta ahora no tiene las condiciones económicas ni tan siquiera naturales para cartelizarse. No tenemos una nariz como Estados Unidos para el consumo de la droga a niveles masivos. Y la marihuana puesta en el Conurbano procede de Paraguay, en algunos casos y no tiene salida Europea.
En Argentina no hay suelo para la coca, la amapola o la marihuana. Como en Bolivia, Colombia o México. Salvo los grandes laboratorios que han tenido nexos para la exportación de efedrina a Centroamérica. Recordemos el triple crimen y la ruta de los precursores químicos que llegaban a México por el Atlántico, cuando el Cártel de los Zetas era el grupo criminal más sanguinario de aquél país teniendo la más temible guerra con su par el Cártel de Sinaloa.
El sociólogo e investigador, Oswaldo Zabala pone los acentos correspondientes y señala que nos preguntemos ante la televisación de las intervenciones de los policías mexicanos y el ejército: ¿a qué le disparan? ¿Qué armas tienen los narcotraficantes? ¿Todos son cárteles? ¿Cuál es el entrenamiento del sicariato y cuál el de las fuerzas? También sostiene que cada vez que intervienen el ejército, las policías y las autodefensas es para limpiar el territorio para el usufructo de las plazas por parte de otro grupo criminal.
Por aquellos tiempos 2007 – 2011; una droga sintética llamada «cristal» estaba en boga en la noche americana y eran precisamente éstos cárteles y el Cártel de Michoacán quienes se disputaban el espacio y el territorio de venta de las sintéticas, la heroína, la marihuana y la cocaína que entra a Estados Unidos por las dos costas.
A los cárteles cuando se los debilita se empieza por su matriz económica. Se le corta las operaciones financieras cerrándole las rutas, y en algunos casos los sexenios de Calderón y Peña Nieto en el país de Chespirito han pactado con otros grupos como el que lideraban El Chapo Guzmán Loera y el Mayo Zambada García para que ellos se encarguen de extinguir a los Zetas a cambio de protección y de libertad de acción. Esto según las denuncias de la periodista especializada Anabela Hernández.
Entender el narcotráfico en sus escalas es importante para saber que la materia no es sólo policial – criminal sino que hay otras esferas como la empresarial, la logística, la jurídica y la política.
Es por eso que hay que necesitamos comprender que para frenar el tráfico y el consumo de sustancias en nuestros pueblos, será necesario conformar una gran superestructura desde lo sanitario, lo psiquiátrico, lo político y acción ciudadana. Más allá de las legislaciones y las cooperaciones internacionales entre los países latinoamericanos.
En Federación las adicciones comprenden un fenómeno psicosocial: se quiere pertenecer y se quiere ser; se quiere autodestruir la identidad propia. Más allá de todo muchos jóvenes en edades y situaciones vulnerables ven en eso una salida, dimensionan al consumo como una autofagocitación.
El hombre que está solo y espera está en el limbo emocional a veces sin rutinas y con carencias disimiles. A veces, en esa concepción de la «nuda vida»; sin presente ni mañana, la barra y la esquina lo alberga, le da una identidad, la da sentido de pertenencia a ese chico que no tiene a nadie ahora tiene un grupo de socialización. Y en ese compartir aparecen las adicciones, el alcoholismo y un sistema de lenguaje tribal: nosotros y ellos.
Acontecen las disputas y una sobrevenida de violencias. Ya que muchos son cooptados por el transa del barrio para hacerlos sus soldados o sus mulas. En varios casos para saldar su deuda con el jefe de la zona son el recurso humano para el choque y la distribución de los narcóticos.
Pese a ser la escala más pequeña del tráfico de drogas en ciudades como Federación se hacen sentir. Sobre todo por las víctimas que se cobran. Muertes de jóvenes a manos de otros jóvenes. Además de otras personas con severa dependencia a la droga, que de rehabilitarse de por vida serán ex – adictos en recuperación.
Ante esto una vecina confiesa: » en la ciudad se desprecia al drogadicto y se palmea al empresario que la vende».
Es por eso que el trabajo coaccionado entre distintas entidades y las organización de los barrios es fundamental para la intervención en las zonas conflictuadas por el tráfico.
Para la denuncia, el rescate y el acompañamiento. Ahí la politica tiene que ver las cuestiones de fondo y alcanzar la transformación de cada individuo. ¿Cómo? Desde las acciones coordinadas en redes para ello deje existir una plataforma en salud mental sólida, y otras cuestiones que hacen a lo importante: el acceso al trabajo, a la educación, al deporte y otras disciplinas que fermenten el espíritu de empuje de si mismo, para si y para con el entorno.
Por eso la droga es un elemento que debe entenderse como un fenómeno mundial desde varias ópticas, con un eje multidimensional y con factores diversos como la pobreza en tanto con otros como la angustia. Y que traviesa a todas las clases sociales.
En fin, es un tema de todos.
AUTOR: Aldo Moretti.-
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