APASIONADOS (FÚTBOL, LITERATURA Y GOCE ESTÉTICO).

Apasionados
No a todo el mundo le tiene que gustar el fútbol, ni a todo el mundo le tiene que gustar la literatura. A mí me apasionan las dos cosas. Porque el fútbol y la literatura tienen dos cosas esenciales en común: en el primero, no se trata de patear una pelota a como sea, ni eludir a rivales a como sea; en la segunda, no se trata de colocar una palabra detrás de otra a como sea. En ambos casos, se trata de que exista la magia del goce estético. Se trata de que en ese recorrido el corazón del testigo (sea hincha o lector) pueda ser atravesado por un cúmulo de emociones como si se transportara en una montaña rusa. Y, tanto en el fútbol como en la literatura, cuando se impone el negocio pierde la poesía, porque en esos campos están en juego los sueños, las emociones, las reflexiones, las contradicciones, la condición humana.
Nunca fui tan feliz como en aquellos momentos en que pude correr sobre un césped bien cortado, intentando dibujar algo que terminara con el balón en la red, luego de ser acariciado por mi pierna zurda. Nunca fui tan feliz como en aquellos momentos en que pude leer un buen libro de ficción recostado en algún césped, bajo algún árbol de verano. Y entiendo que muchos no entiendan este tipo de felicidad porque, a veces, no entiendo otro tipo de felicidad en otros. Es la condición humana.
1986 fue un año apasionado. Vi en vivo por primera vez a Serrat y conocí a Vivi en febrero, mi casa de Empalme Graneros recibió el cachetazo de aquella trágica y última gran inundación que padeció el barrio. Con mi familia, fuimos de los últimos en tener un tv color. Dos años antes, en el ’84, tuve mi primer trabajo con recibo de sueldo y les había prometido a mis viejos regalarles nuestro primer televisor color, a manera de agradecimiento por todo lo que me habían dado hasta ese momento. En esa época, comencé a pagar lo que se llamaba Plan de ahorro previo. Y, luego de la inundación, en mayo, me entregaron nuestro primer televisor color. Yo estaba loco por ver en colores a mis bandas preferidas en Badía y compañía. Y se venía el mundial en México. El 22 de junio mi viejo cumplió 50 años (era del ´36) y ese día en casa hubo celebración absoluta porque en la tele se vio lo que muestra esta foto. Y esta foto significa mucho, porque sintetiza el sueño que tuvimos muchos: el césped, la zurda, el área rival (inglesa para completar la épica), el estadio lleno, el presentimiento de un gran gol cuyo grito iba a atravesar toda América Latina, para convertirse en materia prima de tanta literatura que vendría después.
Por eso, no importa que muchos no entiendan de estas felicidades. Si no las vivís, no las entendés. Lo que no podés, es impugnar lo que no tiene explicación. Y la pasión no tiene explicación. Es la pasión, ese poder invisible que alimenta a los apasionados.
AUTOR: Raúl Astorga, escritor y periodista rosarino.-

Sobre el Autor

Carlos Suarez
Periodista egresado del ISET N° 18 "20 de Junio" de Rosario, S.F. en 1990. Participó del Primer Congreso Internacional de la Comunicación y el Periodismo en 1998. Colaboró con el programa LA OREJA de Radio Rivadavia conducido por Quique Pesoa en 1992. A partir del 1 de octubre de 2018 condujo VIVA LA MAÑANA por Radio Viva 104.9 de Federación, E.R. En este 2019/2020 administra y redacta en esta página Federación al Día. A partir del 29 de junio de 2020 volvió a FM Stereo 99.3 con el clásico "Demasiado temprano para mentiras", desde las 7 de la mañana. En marzo de 2021 comenzó el nuevo ciclo "La Mañana de Uno" por la 106.1, de lunes a viernes y de 9 a 12 de la mañana.

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