PARO DOCENTE: QUÉ HIZO URRIBARRI Y QUÉ HIZO BORDET.

PUBLICADO POR: Entre Ríos Ahora.

En su último año de gobierno, Sergio Urribarri la tuvo muy fea con el conflicto docente.
No consiguió que las clases empezaran como pretendía, y para lograr lo que pretendía fue a la Justicia, y en la Justicia, una jueza laboral, Gladys Pinto, dictó la conciliación obligatoria un día insólito, la noche del viernes 27 de marzo de 2015, que impuso a los sindicatos docentes el levantamiento del paro resuelto, una semana, del 2 al 5 de marzo.
Hubo un intento de rebelión. Aunque al final los maestros se allanaron al mandato judicial. Sólo hubo paro y movilización docente el lunes 2 de marzo, pero al día siguiente un congreso de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), que se reunió en Diamante, decidió, en una ajustadísima votación, levantar la huelga y acatar la conciliación obligatoria. Pero en el ámbito de la conciliación, Urribarri bebió de su propia medicina: los sindicatos docentes lo obligaron a presentar, sucesivamente, siete ofertas salariales, para al final dar el sí.
La última oferta vino con un ultimátum y un reto: si no la aceptaban, el Gobierno de Urribarri estaba dispuesto a pagar la “peor” oferta hecha en el marco de la conciliación. La propuesta amenazante fue notificada por un funcionario de modos áridos, Néstor Griffoni.

El 1° de abril de 2015, el congreso provincial de Agmer, que sesionó en Colón, aceptó esa última oferta, en una votación que resultó 61 a 53, tras lo cual Urribarri, ya subido al “sueño entrerriano”, lanzó aquella sentencia: “Hay algo que me une con los maestros. Algo que surge cuando se despeja el horizonte de los nubarrones que suelen desatar aquellos que andan con segundas intenciones. Me une con los docentes un hilo emocional que viene de mi madre maestra rural, de haber gateado en una escuela que era como mi casa. Por eso, porque no tienen que decirme cómo es el trabajo del maestro, lo que se sufre, lo que se goza, lo que se da y lo que se recibe en esta profesión, me llena de emoción que los docentes entrerrianos hayan aceptado la oferta salarial que ha hecho nuestro gobierno”.
Urribarri, en realidad, gobernó con el garrote: cada paro de los maestros tuvo su correlato en el descuento de los días no trabajados. Entre 2008 y 2014, los maestros cumplieron en Entre Ríos un total de 67 días de paro, más de un tercio de un ciclo lectivo hipotético de 190 días, una extensión que jamás se ha cumplido en la provincia. Siempre, los huelguistas soportaron quitas salariales.
Sólo en los últimos cinco años, hubo un total de 47 días de paro docente, con un recrudecimiento en el primer año de gestión de Gustavo Bordet: 18 jornadas de huelga de los maestros. Pero en los cuatro años de la segunda gestión de Urribarri se cumplieron 29 jornadas de paro. Sólo que en 2014 y 2015 el Gobierno acudió a la Justicia para resolver el conflicto con los maestros. De ese modo, con un juez en las espaldas, Urribarri arregló diferencias con los docentes.
Lo del “hilo emocional” que lo unía a los docentes resultaba, así, un asunto difícil de corroborar.
En cambio, Bordet decidió no seguir esa vía. Este lunes empieza una huelga de cinco días en la provincia con un conflicto que, en prinicipio, tiene posiciones irreconciliables: los docentes piden un aumento de entre el 35% y el 40%, y el Gobierno ha oferta un incremento del 18%, en tres etapas.
El Gobierno no fue a la Justicia en 2016. Tampoco está dispuesto a hacerlo en 2017. “Por ahora no hay nada de eso –dijo una fuente de Educación–. Pero esto es un día a día. No sé qué puede pasar si la huelga se extiende, porque hay que dar respuesta a los padres”.
En medio de la huelga anunciada, la administración Bordet resolvió pagar el aumento, el primero de los tres, de 6%, y también desontar los días no trabajados. Todo, así, se presenta con un final muy abierto.