José Galván y su mujer Marta Céspedes hace un año y ocho meses que sostienen un merendero llamado «Caritas Felices». Dicho así, leído así, parece fácil. Pero no. Se necesita mucha templanza, paciencia y esfuerzo puesto en el otro para hacerlo. Todo eso tuvo José para no decaer y mantener un merendero que hoy da de comer a 51 gurisitos.
«Fue idea de mi esposa; ella escuchaba que yo le hablaba de los niños de la calle y veía que yo les convidaba cosas a ellos cuando pasaban asi que una madrugada, cuando volví de trabajar, ella me dijo que quería poner un merendero», relató José, de 31 años, cuando se le preguntó cómo empezó todo. Agregó en su relato que tanto él como su esposa veían el hambre que pasaban los chicos vecinos de su casa de calle Coronel Salas, frente al aserradero de Hugo Burna.
«El primer día teníamos medio kilo de leche en polvo acá, en casa, y a eso Marta le agregó otro poco de leche que le pidió a su mamá, y yo saqué fiado en el kiosco…Ese primer día le dimos leche a treinta y seis nenitos», relató José, rememorando aquel primer día del merendero. Él es empleado contratado en la Municipalidad y al principio dejaba gran parte de su sueldo en el merendero. Debía rebuscárselas, como lo sigue haciendo, cortando el pasto para pagar la boleta de la energía eléctrica, boleta que pasó de $ 800 por mes a $ 1.800 por mes.
Al principio cocinaban en la cocina de la propia casa más un fogón que estaba donde ahora está la pared, mitad de ladrillos, mitad de madera, que da hacia la esquina de calle Las Camelias. Marta se mojaba cuando llovía ya que el fogón estaba sin techo. Después, no siempre, las donaciones hicieron que se mejorara y se les brindara rosquitas o tortas fritas junto con el mate cocido o el te con leche.
«Se les da arroz con leche y, cuando se consigue la carne, se les cocina y comen acá, tranquilitos, dos o tres veces», dijo José. Agregó que se ideó lo de cortar el pasto para no andar pidiendo ayuda para una garrafa de quince kilos que les cuesta $ 500 y que dura muy poco. Sin perder la mansedumbre de su cara José Galván responde cuando se le pregunta por la ayuda de los candidatos políticos. Dijo que determinado candidato le ofreció donaciones a cambio de que se le diga a los padres de los gurises que voten por él. También se supo que una concejal tuvo un tiempo un merendero y que enviaba a una persona que les ofrecía caramelos a los chicos para que fueran a comer al otro merendero y no a «Caritas Felices». Miserias humanas de quienes no entienden la solidaridad con mayúsculas.
«Lo hacemos con amor, sobre todo Marta que es la que siempre está», dijo.
No es poco lo que el merendero de José y Marta necesita. Por ejemplo, necesitan cemento para poder levantar las nuevas paredes con los ladrillos que les donaron hace poco. O tomate triturado y aceite, por ejemplo. Sin embargo José se conforma con saber que este lunes tendrá carne para darle una comida más sustanciosa a los niños. El tema de las donaciones no es menor ya que fueron muchos los que no quisieron ayudar pero varios sí lo hicieron. Un jugador de fútbol profesional de Rosario pasó y dejó un dinero que solventó la comida de dos meses seguidos, y el jefe de la Policía Federal aportó hamburguesas para mucho tiempo. «Cuando se puede se les compra un heladito y se les da», dijo José. No pasó por alto mencionar a la comparsa «Emperadora», que le donaron mercadería.
En la charla Marta se mantuvo al margen ya que -según su marido- se emociona fácilmente hasta el punto que después no puede dormir pensando en lo que pasa en las familias de donde salen los gurises que van al merendero «Caritas Felices».
Los amigos que a través de facebook se han agregado al merendero «Caritas Felices» se han duplicado. Otra forma de comunicarse es a través del número de celular 3456 464376.
ALGUNAS PREGUNTAS A JOSÉ
¿Conocés a las familias de donde salen los gurises que vienen al merendero?
-Sí, las conozco porque con muchos de esos padres he trabajado aquí y allá, en quintas. Ahora la están pasando mal porque en muchos de esos trabajos están tomando gente de afuera porque les pagan menos mientras que si vamos nosotros lo que queremos es que nos paguen lo que corresponde.
¿Cuánta mercadería ocupan y cuánto les cuesta?
-Y…ahora todo se fue a las nubes. Estábamos ocupando cinco cajas de leche en polvo por 800 gramos. Al gas lo ocupamos tres días y ya se termina. Cuando yo cobraba mi sueldo, alrededor de nueve mil pesos, lo dejaba todo acá y muchas veces no me daba cuenta que nuestro hijo de catorce años necesitaba cosas.
¿El merendero funciona también los fines de semana?
-No. Sábados y domingos descansamos.
¿Te tocó pasar hambre cuando eras chico?
-Fue complicado. Fue complicado ver que mi papá salía a buscar un pedazo de carne para nosotros…
¿El Estado no los ayuda?
-Una vez me pidieron los datos de los niños para hacer la tarjeta Sidecreer pero nunca tuvimos noticias.
¿Para qué crees que estás en la vida?
-Para ayudar a estos niños porque creo que el día de mañana van a ser algo importante.
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