“Dice el Cura que gracias por declarar a favor de el”.
El mensaje forma parte de un intercambio de chats por whatsapp entre niños que han declarado en la causa por abusos que se sigue contra el cura Juan Diego Escobar Gaviria, en la Justicia de Nogoyá.
Y dan cuenta de un hecho: Escobar Gaviria, a pesar de la orden judicial de restricción, mantiene contactos estrechos con víctimas, denunciantes y exmonaguillos de Lucas González.
El sacerdote, que fue párroco de San Lucas Evangelista, de Lucas González, desde 2005 y hasta el 27 de octubre de 2016, cuando fue separado del cargo por orden del arzobispo Juan Alberto Puiggari, tiene cuatro denuncias en su contra, una por abuso sexual simple, tres por promoción a la corrupción agravada.
La Iglesia le ha prohibido oficiar misas en público. Separado de su cargo de cura, y después de haber permanecido una semana en prisión en la Unidad Penal de Victoria, ahora está recluido en Paraná, en la casa de la Cruzada del Espíritu Santo, una orden religiosa en formación cuyo líder es el cura rosarino Ignacio Peries. También tiene vedado todo contacto con sus denunciantes.
Pero contraviniendo esa orden judicial, Escobar Gaviria mantendría fluido contacto con chicos que han sido monaguillos en Lucas González y que han concurrido a testimoniar a Tribunales. El 16 de noviembre de 2016, el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, firmó una resolución en la que resolvió que “Juan Diego Escobar Gaviria, nacionalidad argentina, D.N.I. Nº 18.858.684, soltero, sacerdote de la Parroquia San Lucas Evangelista de la ciudad de Lucas González, con domicilio en Fray Justo Santa María de Oro Nº 1037 de Lucas González, hijo de Gonzalo y de Carlota Gaviria (ambos fallecidos), sin antecedentes penales condenatorios” tiene “la prohibición de acercamiento y de todo tipo de contacto” con cualquiera de los denunciantes y “sus grupos familiares, “por sí o por intepósita persona y/o por cualquier medio”.
Pero Escobar Gaviria ha seguido activo en sus contactos, los más usuales a través de whatsapp. Eso, evalúan en la Justicia de Nogoyá, derivó en un saldo “negativo” de la cámara Gesell que se le hizo a un menor este viernes, y de quien se sospechaba que podría ser víctima también, la quinta, de los abusos del sacerdote.
El cura, de carácter expansivo, ha conseguido dividir con su caso a Lucas González, un pueblo de 4.000 habitantes, a 133 kilómetros de Paraná, en el departamento Nogoyá, y sostiene, activo, sus contactos con un sector de la feligresía local. También con sus exmonaguillos. “Dice el Cura que gracias por declarar a favor de el”/ “Y q no le digas a tu mama”/ “Si tenes wsp Mandale”
La filtración de esos mensajes, que daría cuenta de que Escobar Gaviria estaría violentando la prohibición de contactos con Lucas González, motivó este sábado diversas medidas judiciales que incluyeron el pedido para la entrega voluntaria de teléfonos de exmonaguillos con quienes el cura mantendría contacto activo. No sólo eso: sino que también mostrarían su influencia para torcer testimonios a su favor en la Justicia.
El procedimiento, en casa de uno de los niños, derivó en una presentación de parte del defensor del sacerdote, Milton Urrutia, que pidió al juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, que lo ponga en conocimiento de los allanamientos, de los elementos secuestrados y advirtió la posible comisión de un delito en ese proceder.
Aunque la alharaca que ahora se pretende montar sobre la causa que investiga los abusos de un miembro de la Iglesia Católica la inició, cuenta una fuente a Entre Ríos Ahora, Luciana Gaztelumendi, estrecha colaboradora de Escobar Gaviria. Gaztelumendi es muy próxima al cura, al punto que en los Tribunales de Nogoyá uno de los celulares oficiales de contacto con el sacerdote es el de esa mujer.
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