Los siglos han pasado y los sucesos se diluyen. A la gran mayoría no parece importarle demasiado qué ocurrió realmente aquel 25 de mayo, de lo contrario multitudes atestarían las plazas. Un sector minoritario se ha adueñado de lo que se podría llamar «nacionalismo» y comen locro, se visten de gauchos y andan a caballo. Después de una Dictadura cívico-militar que cambió el amor por lo propio por el amor a West Point, se desconfía cada vez más de quienes gritan «¡Viva la patria!». en Federación esto se nota en los actos de Plaza Libertad. Por lo general van un puñado de maestras y abanderados, algunos policías, algunos prefecturianos, a veces está Gendarmería y el gabinete del Gobierno municipal. Este 25 de mayo ese acto va a ser seguramente un poco más concurrido por el 25 de mayo en sí y porque primero se hará el Te Deum en la parroquia donde cantará el coro eclesial. Después todos se irán a plaza Libertad donde se hará el acto. Si llueve se suspende y no se reprograma.
Lejos de todo esto, pompa y circunstancia, en los hogares federaenses se degustará el locro, algo que quedó después de aquella revolución, de tanto ir y venir con esto de «la Patria».
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