La instalación de nuevos supermercados de capitales chinos en Federación sigue generando polémica. Dos sobre avenida Alem (uno aún sin abrir), el que ya está en avenida 25 de Marzo y el de calles Tatutí y Las Azaleas conforman un combo de expendedores de alimentos y bebidas que preocupan al Centro de Industria, Comercio e Intereses de Federación pero benefician al cliente común que lucha día a día por seguir comiendo casi al mismo precio de años anteriores. Es que comer (mejor dicho, comprar la comida) en Federación cuesta lo mismo que en Buenos Aires. Y si se sigue esa línea se debe tener en cuenta que, por ejemplo, la cerveza Quilmes (que casi ha dejado de venderse en Federación pero es más barata) sale de la maltería instalada en Quilmes, a pocos kilómetros, mientras que en Federación se reciben cervezas de la embotelladora de la ciudad de Corrientes, con lo que el flete impacta sobre el precio. Mientras la lata de cerveza Brahma se ofrece en el «reinaugurado» Supermercado La Plaza (propiedad del mismo dueño del super chino de 25 de Marzo) a $ 14,99. En cualquier kiosquito de avenida Alem hacia el oeste cuesta $ 24. El detalle está en que comprando un pack de latas te regalan 12 latas; comprando dos pack (48 latas) regalan uno (24 latas) y a esto hay que multiplicarlo por la cantidad que posibilita la gran capacidad de compra de estos supermercados. Esto suceded en todos los supermercados chinos y con varios productos. Pasa con la yerba y la polenta al instante. En el caso de la yerba Playadito sucede algo similar al puré de tomates Baggio: comprando determinada cantidad el precio baja considerablemente.
A MODO DE EJEMPLO
En la ciudad de Federación hay solamente dos distribuidores de la firma Arcor, lo que significaría que los precios son manejados por estos distribuidores de acuerdo a los precios de la firma de golosinas y galletitas. Esta semana uno de estos supermercados chinos lanzó estas ofertas: $, 2,75 el jugo Arcor en sobre; $ 9,99 el puré de tomates y la polenta «prestopronta» Arcor por medio kilo $13,99. Estos precios son imposibles de competir y parecen tener la intención de sacar del mercado a otros negocios, almacenes y competidores. Es evidente que el jugo está al precio de costo que Arcor le cobra a cualquier kiosco barrial. y productos como la «prestopronta» cuestan en cualquier kiosco $ 23, aplicando solamente el 30%. El juego aparece claro: atraer clientes y mantenerlos.
La situación no solamente se agota en estrategias comerciales que se aplican en el mundo capitalista y mediante las cuales todos quieren hacer la mayor ganancia sino en qué hay detrás de la aparición de por lo menos cuatro supermercados chinos en Federación. Esto viene de la mano del capitalismo de Estado chino con el que estos días pasados el presidente Mauricio Macri ha re editado lazos comerciales y empresariales. Esto viene de la mano de la herencia que ha dejado el urribarrismo respecto de los acueductos chinos para departamentos de La Paz y Federación. No es más ni menos que el nuevo colonialismo donde ahora China compite expandiéndose en el mundo contra la alianza que ha disgusto deben hacer Estados Unidos y Rusia. Lo que pasa en Federación con la instalación de supermercados de origen chino pasa en todo el país. China busca nuevos mercados (¿le suena familiar eso?) y los encuentra en países empobrecidos como Argentina. Y la estrategia abarca varios sectores porque acordaron con Macri la instalación de dos centrales nucleares en el país pero, por las dudas, acaparan el menudeo de la gente que debe ir día día a comprar la polenta.
En un muy complicado panorama comercial para los mini mercados y supermercados locales aparecen los supermercados chinos, que no toman mano de obra local y fijan precios al costo o menos, incluso. Se está re editando lo del menemismo de la década de los años noventas, momento económico y cultural donde se destrozó el almacén (caso Muchiutti frente al hospital) y el mercadito argentinos. Esto ya se vivió y es fundamental que se fijen reglas claras desde el Estado. Si es cierto (como dicen las redes sociales) que «los chinos» venden mercadería vencida o algo así se deberá inspeccionar a fondo tal como se debe hacer también con supermercados federaenses. Los supermercados federaenses que hace más de veinte años liquidaron al almacén de barrio hoy lloran porque deben mantener una cuadrilla de personal y no venden lo que vendían antes. De igual manera, con o sin «los chinos», no venderían demasiado ya que las políticas económicas implementadas y votadas por muchos dueños de supermercados locales impiden las ventas. Y nadie quiere dejar de ganar por lo menos un 45% en cada producto.
No se puede ni se debe atacar a quienes no hacen más que respetar la ley de la oferta y la demanda. El comercio local siempre vio enemigos donde muchas veces no lo había. Antes eran «los bagayeros» de los sábados, que vendían sin pagar impuestos. Ahora, son «los chinos». ¿Y el cliente? Como siempre, el cliente, va a seguir eligiendo el precio más conveniente sin mirar el pelo en el huevo.
Sé el primero en comentar en «SI LA CULPA NO ES DEL SUPERMERCADO CHINO, ¿DE QUIÉN ES?»