Se avanza con un proyecto en Concordia, para la implementación de una pulsera electrónica que brindará mayor protección a las víctimas de violencia de género y el monitoreo de agresores sexuales o reincidentes. Facundo López, el estudiante de la UTN que la desarrolló contó cómo funciona la pulsera electrónica. “Se puede ver en vivo, el recorrido de la persona que la lleva y, se puede marcar zona restringida”, dijo.Autoridades analizan utilizar un sistema diseñado por un estudiante concordiense de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
Los primeros prototipos de las pulseras electrónicas que se van a aplicar a los agresores en los casos de violencia de género y para tal fin, se compatibilizó un software para el mapeo de los dispositivos.
Adaptación ante la urgencia
El proyecto nació hace «más o menos, un año y medio, con la inquietud de un abogado concordiense, y se había planteado por otro tema, pero estuvimos hablando sobre los proyectos que había sobre la Violencia de Género y entonces, lo fuimos adaptando a esas necesidades», contó a Elonce.com Facundo López, el estudiante de la UTN que desarrolló el dispositivo de la pulsera/tobillera electrónica.
Según explicaron, en la ciudad de Concordia, hay 106 mujeres con botones antipánico, pero sostienen que es necesario sumar las pulseras debido a que muchas veces, cuando se acciona el botón, la Policía llega cuando el agresor ya no está en la zona de restricción.
Seguir su ubicación
Facundo López, el joven que diseñó la pulsera contó que el dispositivo «consiste en que se puede ver en vivo, el recorrido de la persona que la lleva colocada, y al mismo tiempo, se pueden demarcar zonas de no ingreso, es decir, los lugares que tienen restricción de perímetro», dijo el estudiante de la UTN y agregó que si el sujeto, «ingresa a la zona no permitida, inmediatamente, la pulsera envía un mensaje a las autoridades», remarcó.
Cómo funciona
En referencia al funcionamiento de la pulsera, López explicó que la misma, «funciona por internet y con GPS. Por lo tanto, llega la ubicación por el GPS y los datos se envían a través de 3G, como un celular», remarcó el joven.
López contó que «es un aparato pequeño que no se nota para nada y la batería tiene una duración de unos diez días y después de ese término, la persona tiene que pasar por una oficina para un rápido cambio del dispositivo para que pueda seguir con su actividad diaria y siga siendo monitoreado», dijo y agregó que la persona que la lleva «puede bañarse o hacer actividad física sin ningún problema y no afecta para nada la rutina diaria», aclaró López.
Por orden judicial
Lo que se busca monitorear es cuando el agresor se acerca a una determinada cantidad de metros de la víctima. La pulsera funciona igual que el botón antipánico, cuando se recibe la orden del juez, se instala el sistema de pulsera electrónica al agresor.
Cuando el agresor ingresa en el límite de restricción que marcó el juez, automáticamente se genera el aviso del dispositivo.
Intento de desactivarla
En referencia a los intentos de retirarse el dispositivo, el desarrollador y estudiante de la UTN, sostuvo que «no es inviolable, pero no hay forma de retirarla sin que el aparato, envíe un reporte de advertencia a las autoridades. Si se la quiere cortar, sacar o aflojar, automáticamente da aviso a las autoridades confirmando que el dispositivo está siendo violado en ese momento», explicó.
Dificultad a vencer
Por otra parte, el joven desarrollador del dispositivo de seguimiento y monitoreo de agresores sexuales o involucrados en casos de violencia de género, López resaltó que en caso de que la señal de internet (3G) «tenga problemas, la alternativa automática del dispositivo, son los mensajes de texto con las ubicaciones que los envía siempre», dijo.
«También se busca que las telefónicas puedan brindar un plan mínimo para este tipo de causas públicas, con el fin de que no sea costoso mantener el servicio de la pulsera en cada persona», remarcó.
Otra alternativa
Facundo López explicó que se genera una dificultad en diferentes zonas, similar a lo que ocurre con la señal telefónica. «Depende mucho de las zonas también, porque la comunicación no es buena», dijo Lopez.
Al respecto, el desarrollador de la pulsera remarcó que para afrontar esas limitaciones «se está buscando otra alternativa: que el dispositivo trabaje con radio frecuencia, aunque estamos lejos de eso todavía, falta desarrollarlo», subrayó.
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