¿LE CONVIENE A MACRI UNA PLAZA DEL «SI»?

¿Mientras desde las redes sociales se multiplican las adhesiones a la marcha hacia la Plaza de Mayo en respaldo del presidente Mauricio Macri y de las instituciones, convocada para este sábado, a las 18, el Gobierno se preocupa por aclarar que no promueve ni organiza esta movilización, aunque al mismo tiempo transmite que valora la iniciativa.

«Nosotros no la convocamos, pero está bien que la gente quiera expresarse», había dicho el jefe del Estado días atrás, durante su entrevista con Mirtha Legrand. En el mismo sentido, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, tras aclarar que «la convocatoria no es promovida ni organizada por Cambiemos o el Gobierno», sostuvo que «es bueno que los ciudadanos se expresen de forma pacífica, en el marco de la ley, de la forma y en el momento que quieran».

Las movilizaciones masivas nunca figuraron ni tampoco figuran hoy en el repertorio de acciones políticas del macrismo. Desde la Casa Rosada, incluso, se transmite la idea de que los actos callejeros son «fórmulas propias de una vieja manera de hacer política». Sin embargo, no se descarta que, si es que reúne una importante concurrencia espontánea y sin aparatos partidarios, la marcha del próximo sábado sea diferenciada de los actos tradicionales en los cuales se garantiza un número de asistentes con dinero, comida y transporte gratuito.

No faltan los que ya comparan la marcha prevista para el 1° de abril con la recordada «Plaza del Sí», convocada originalmente por el periodista Bernardo Neustadt en apoyo del gobierno de Carlos Saúl Menem, el 6 de abril de 1990. Eran momentos difíciles para el presidente riojano, que había asumido diez meses antes, en medio de un proceso hiperinflacionario, al que pretendía poner fin con una política centrada en una reforma del Estado y en privatizaciones de empresas de servicios públicos fuertemente deficitarias.

Aquella vez, la Plaza de Mayo vivió un acontecimiento poco común. Convergieron en ese tradicional escenario político representantes de diferentes sectores sociales, aunque se destacaron mayoritariamente los de clase media y media alta que, curiosamente, no habían optado por Menem en las elecciones de 1989, sino por el entonces candidato radical, Eduardo Angeloz. Había incluso ciudadanos que, en no pocos casos, se confesaban anti peronistas, aunque estaban acompañando a un presidente peronista. Fue el germen de una nueva coalición social de base que contribuyó a legitimar las reformas menemistas y ayudó a sus sucesivos triunfos electorales hasta su reelección, en 1995.

La concurrencia llegó y se retiró de la plaza por sus propios medios, no hubo aparatos partidarios, tampoco pancartas con identificaciones políticas o sectoriales. Solamente se portaban banderas argentinas. Y, llamativamente en un gobierno peronista, Menem no salió al balcón. Una de las consignas de la marcha fue: «La gente convoca a la gente», al tiempo que, en los días previos a la manifestación, distintas figuras del espectáculo suscribieron solicitadas en los diarios bajo el lema: «Los que queremos el cambio».

FERNANDO LABORDA Editorialista del diario La NAción, autor de este editorial.

De cara a la convocatoria para el sábado próximo, es probable que desde la oposición se busque asociar la movilización en apoyo a Macri con la Plaza del Sí del menemismo. Constituiría un argumento más para identificar las políticas del actual Gobierno con el «neoliberalismo» que se le endilgó al gobierno de Menem.

A los hombres de Macri no les agrada esa comparación. Es claro que uno de sus objetivos es desterrar el mito de que el suyo es un gobierno para los ricos.

¿Por qué, entonces, desde Cambiemos y desde el Gobierno no se desactiva una movilización que, según ese punto de vista, podría jugarles en contra? ¿Por qué no si, después de todo, el pueblo en la calle jamás puede suplantar a las instituciones?

La respuesta tal vez se encuentre en la lógica populista que domina la cultura política argentina y de la cual ni siquiera amplios sectores del oficialismo pueden escapar. La explicación la dan algunos de los convocantes anónimos a la movilización: «El único idioma que entiende el peronismo es el de la calle».

De acuerdo con esta lógica, los sectores más radicalizados de la oposición, con el kirchnerismo a la cabeza, estarían buscando que la opinión pública observe cada vez más a Macri como un «presidente débil», incapaz de resolver la situación social de la que darían cuenta las recurrentes protestas callejeras. Apuntarían a persuadir a la ciudadanía de que, tarde o temprano, el Presidente tendrá que dejar el poder en manos del populismo peronista, porque éste sería el único que puede encauzar el conflicto social.

Frente a esa amenaza, sectores del macrismo ven la marcha del sábado como un eficaz antídoto y como una herramienta para que el Presidente pueda ratificar su liderazgo político.

 

Sobre el Autor

Carlos Suarez
Periodista egresado del ISET N° 18 "20 de Junio" de Rosario, S.F. en 1990. Participó del Primer Congreso Internacional de la Comunicación y el Periodismo en 1998. Colaboró con el programa LA OREJA de Radio Rivadavia conducido por Quique Pesoa en 1992. A partir del 1 de octubre de 2018 condujo VIVA LA MAÑANA por Radio Viva 104.9 de Federación, E.R. En este 2019/2020 administra y redacta en esta página Federación al Día. A partir del 29 de junio de 2020 volvió a FM Stereo 99.3 con el clásico "Demasiado temprano para mentiras", desde las 7 de la mañana. En marzo de 2021 comenzó el nuevo ciclo "La Mañana de Uno" por la 106.1, de lunes a viernes y de 9 a 12 de la mañana.

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