Boca y sus incertidumbres futbolísticas se impusieron a River y todas sus emergencias médicas en una nueva edición superclásica de eliminación directa, la sexta desde 2014, y finalmente rompió con la racha millonaria de éxitos. El elenco de Miguel Angel Russo tuvo que esperar hasta los penales, donde logró ganar 4-2 gracias a una gran actuación del arquero Rossi -de floja labor en los 90 minutos- con dos disparos atajados. El tiempo reglamentario finalizó 1-1, con goles de Tevez en el primer tiempo y Alvarez en el segundo. El Xeneize se medirá en semifinales con Racing, que venció más temprano a Vélez. El otro choque lo animarán Independiente y Colón de Santa Fe. Las cuatro series de cuartos de final de la Copa de la Liga se definieron en los penales, toda una curiosidad.
El primer grito de la tarde fue xeneize. A los 10, una confusión en la defensa millonaria dejó libre a Medina por derecha y el juvenil mandó el centro para Tevez quien, en una lucha de veteranos con Maidana, le tiró un topetazo muy parecido a una infracción y lo dejó en el piso para quedar solo y, casi de palomita, conectar con el hombro y dejar sin chances al pibe Díaz para el 1-0.
Enojo en la visita por la desconexión entre Ponzio y Angileri, ya que el veterano volante optó por no relevar al lateral, quien se iba con Pavón que se cerraba, lo que terminó dejando sin marca a Medina sobre la banda para recibir el pase de Buffarini que originó la jugada del gol.
Jolgorio por el lado local, gracias a un Tevez más centrodelantero que nunca ante los incesantes pedidos de reforzar el ataque con un 9 grandote.
«Leo» Díaz, el gran protagonista de la previa ante las bajas de los cuatro arqueros que Gallardo tiene en consideración por delante suyo, no tuvo mucha acción en el primer tiempo. Su primer contacto con la pelota se dio a los 7 segundos, cuando Maidana tocó atrás, como para que el uno que está haciendo su debut profesional se saque de encima la ansiedad. Ante la presión rival, el pelotazo del uno se fue al lateral. Con nada para hacer en el gol de Tevez, Díaz se la pasó viendo cómo Boca se apura para rematar desde cualquier lado (y hacia cualquier lado) ante la suposición de que tamaño escenario le estaría jugando en contra al arquero. Su primera gran atajada se dio en el agregado de la primera parte, sacando bien a un costado un disparo de Almendra. En el segundo, se convertiría en figura.
El primer moco en el arco se dio del otro lado, contra todo pronóstico, cuando Rossi salió a cortar un centro de Anglieri y le pifió por bastante. Bastante también tardó en levantarse, por lo que Montiel se apuró a rematar con poco ángulo una vez tomó el centro pasado y la pelota dio en Fabra, quien cubría el arco casi desguarnecido. Del córner llegó un cabezazo de Maidana que se fue lejos pero encendió las alarmas.
Si en algo se evidenció la inclusión de habituales suplentes en el once titular en River, fue en la regulación de esfuerzos, como en el 1-0 con Ponzio ordenándole a Angileri a ir a buscar a Medina en lugar de mandarse él mismo. La constante subida de jugadores para ser opción de pase, un sello de los mejores River de Gallardo, no lo fue tanto, con Montiel lejos de una óptima condición física y siempre atento, como Angileri, a la marca de Villa y Pavón. Que River estaba en desventaja física lo confirmó en parte la salida de Enzo Pérez en el entretiempo, quien tuvo mayores exigencias de despliegue ante la inclusión de Ponzio y terminó lesionado. Otro que sufrió bastante el partido fue Fontana, ya que quedaba en posición adelantada muy seguido al no ser primera opción de pase de sus compañeros.
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