LA ECONOMÍA MACRISTA

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POR: JorgeAvila (www,jorgeavilaopina.com)

No puedo decir que estoy decepcionado por la política económica de Macri. El levantamiento del cepo, la suba tarifaria y las avanzadas negociaciones con los holdouts son iniciativas imprescindibles, ampliamente justificadas, pero no heroicas ni terriblemente imaginativas. Son políticas de normalización económica, como las que vimos tantas veces desde los años 50; no son políticas de reforma estructural. Las valoro mucho y estoy contento puesto que me resulta inevitable comparar este gobierno con el anterior. En la historia argentina, el kirchnerismo tal vez sea el mejor ejemplo de la infinita negación del criterio económico y el sentido común.

Subsisten motivos serios de preocupación. En primer lugar, el déficit fiscal (Tesoro+BCRA) no baja de 6%-7% del PBI. La suba tarifaria lo disminuyó en casi 1.5% del PBI, pero la eliminación de retenciones y el aumento del mínimo no imponible del impuesto a la ganancias lo aumentaron en casi 1.5% del PBI. Saldo nulo.

En segundo lugar, la insostenible política del BCRA. Con una mano emite base monetaria para cubrir el déficit del Tesoro y con la otra, emite letras, que compran los bancos comerciales, para absorber una parte de la emisión de base monetaria de forma que la emisión neta sea compatible con la meta de inflación de 20%-25% anual. Ahora bien, las letras del BCRA devengan una tasa de interés que supera el 30% anual, el stock colocado alcanza ya una proporción elevada de la base monetaria y sus vencimientos se concentran en el corto plazo. Sin corrida sobre los depósitos bancarios, el BCRA tiene que emitir dinero pagar el servicio de las letras (déficit cuasi fiscal). Con corrida, tendría que retirar de circulación las letras a cambio de emisión monetaria para que los bancos puedan devolver los depósitos en tiempo y forma. Queda claro que una política de absorción monetaria como la actual puede desembocar a la larga en otro Plan Bonex. También queda claro que sin ajuste fiscal, se abren dos posibilidades: o aceptamos una tasa de inflación acorde, bastante más alta, o empezamos a endeudarnos arriesgándonos a otro default soberano en diez años.

Un tercer motivo de preocupación es la renovada emisión de licencias no automáticas de importación, que beneficia sobre todo al sector industrial. La UIA está de fiesta como en los primeros tiempos del kirchnerismo. Es probable que la economía argentina sea ahora incluso más cerrada que en los últimos años. Creo que el objetivo es estabilizar el empleo en el sector industrial y no agrandar las utilidades de los industriales. Me animo a pensar así porque, con las exitosas experiencias de apertura y fuerte inversión extranjera en Chile, Colombia y Perú a la vista, Macri sabe que el crecimiento está asociado a la apertura comercial y no a lo opuesto, el proteccionismo manufacturero (calzado, textiles, automóviles, electrónicos, línea blanca).

El gradualismo macrista obedece a un temor: el desempleo, el conflicto social y la ingobernabilidad. Dado el enorme valor institucional que tendrá un buen desempeño de este primer gobierno no peronista ni radical, le encuentro justificación. Lo digo porque de regreso de mis vacaciones advertí una marcada desesperanza en muchos de mis colegas y amigos que siguen de cerca la evolución económica; me refiero a una sensación similar a la que se percibía en febrero de 2000, cuando se iniciaba la gestión de la Alianza.

Si este gobierno llegara a 2019 con una inflación de 2%-3% anual, un déficit fiscal global de 1%-2% del PBI (que se pueda financiar sin tropiezos) y negociaciones de apertura comercial más o menos avanzadas con la Unión Europea y la Alianza Trans-Pacífico, me daría por muy satisfecho. No me crean demasiado humilde. El cumplimiento de estos objetivos contribuirá en gran medida al crecimiento económico. Confieso, de todos modos, que pesan mucho en mi ánimo el fracaso de la Alianza UCR-Frepaso y el horror del kirchnerismo.

Sobre el Autor

Carlos Suarez
Periodista egresado del ISET N° 18 "20 de Junio" de Rosario, S.F. en 1990. Participó del Primer Congreso Internacional de la Comunicación y el Periodismo en 1998. Colaboró con el programa LA OREJA de Radio Rivadavia conducido por Quique Pesoa en 1992. A partir del 1 de octubre de 2018 condujo VIVA LA MAÑANA por Radio Viva 104.9 de Federación, E.R. En este 2019/2020 administra y redacta en esta página Federación al Día. A partir del 29 de junio de 2020 volvió a FM Stereo 99.3 con el clásico "Demasiado temprano para mentiras", desde las 7 de la mañana. En marzo de 2021 comenzó el nuevo ciclo "La Mañana de Uno" por la 106.1, de lunes a viernes y de 9 a 12 de la mañana.

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