SANSEOVICH ASEGURA QUE «LA EMPRESA QUE NO INVIERTE EN TECNOLOGÍA NO EXISTE».

El modelo de Tecso es novedoso, al menos para la Argentina: una cooperativa dedicada al desarrollo de software y soluciones digitales para empresas, entidades gubernamentales y financieras. Con más de 16 años de trayectoria hoy cuenta con 120 profesionales y oficinas en Buenos Aires, Rosario y Medellín. La firma proyecta continuar creciendo no sólo en el mercado interno sino que además planea un desembarco en Estados Unidos para el corto plazo. En una entrevista con el diario Ámbito Financiero, su director habló de la actualidad del sector y de la firma.

Periodista (P): ¿Cómo está hoy la industria del software y del conocimiento en la Argentina?

Ignacio Sanseovich (IS): La industria del software y dentro del concepto del conocimiento que es un poco más abarcativo a otras industrias, es medio una burbuja respecto de la economía en general. La verdad es que el sector está pasando un buen momento y generalmente las empresas de tecnología tienen un buen pasar. Por supuesto están en un contexto de país en el que las demás industrias a lo mejor no están bien y eso dificulta el panorama cuando se trabaja para el mercado local. A su vez, lo que tiene este sector que permite trabajar para otras partes del mundo y con eso logran una ecuación positiva.

P: ¿Qué tanto los complicó la imposición de retenciones a las exportaciones de servicios?

I.S.: Por supuesto que no fue una medida simpática y quizás lo más complicado es que en la Argentina todo el tiempo están cambiando las reglas de juego lo que dificulta proyectar. Aunque, lo cierto es en este momento tampoco estamos trabajando tanto para el mercado internacional, hoy el grueso de nuestra facturación está en el ámbito local pero no desconocemos que son cuestiones que a la larga terminan impactando.

P: En este contexto económico complicado ¿Cómo hacen las empresas para seguir creciendo, se siguen invirtiendo en tecnología a pesar de todo?

I.S.: Parece que si lo dice uno que se dedica al software es como un speach de venta, pero realmente es en serio que la empresa que no tiene tecnología, es una empresa que no existe. Cualquier rubro está cruzado por la tecnología. Nosotros trabajamos mucho con bancos, con firmas aseguradores, con el agro, etc. En este marco, especialmente los bancos y las aseguradoras están llegando a otros mercados gracias a la tecnología.

P: ¿Cuáles son los pro y los contra de ser hoy una cooperativa de software en la Argentina?

I.S.: Entre los positivo destaco que este modelo genera una mayor participación de las personas que trabajan dentro de la organización, por otro lado hay una gestión más democrática en cuanto a hechos fundamentales como la decisión de quienes dirigen la empresa. Además hay un reparto y equidad de lo que se percibe dentro de la organización. Básicamente no hay dos o tres personas que se hacen millonarios mientras el resto trabaja para ellos. Nosotros trabajamos cada quien para uno, pero en realidad para todos nosotros a la vez y eso lo que genera es una distribución un poco más equitativa de la ganancia que produce Tecso. Por el lado de las contras no hay una difusión muy grande de que una empresa se gestione como se hace Tecso, sin ir más lejos nuestro principal cliente nos ha planteado infinidad de veces la dificultad, sin demasiado argumento, de contratar una cooperativa de trabajo. Lamentablemente en la Argentina la figura de la cooperativa muchas veces está asociada a empresas recuperadas o que se usa como una herramienta poco transparente y esto mancha todo el sector. En este contexto, hace unos años fundamos una federación de cooperativas de tecnología y conocimiento -Fastic-, que nuclea un número muy grande de cooperativas de trabajo de tecnología, software y diseño pero lo que sucede es que Tecso es la más grande y es la que está abriendo de alguna manera este camino.

P: ¿Cómo hacen para financiarse en este contexto y siendo una cooperativa?

I.S.: Generalmente las iniciativas que fuimos llevando adelante en Tecso, las hicimos por inversiones propias, es decir una especie de reinversión productiva de los excedentes. Para algunos casos puntuales hemos recurrido a financiamiento externo, pero montos menores. Además es cierto, que en nuestro caso particular es un tanto complejo articularse para la obtención de fondos porque no podemos darle acciones a alguien que financie pero si podríamos articularnos con empresas, generando startups, algo que estamos haciendo en este momento con proyectos para el sector agropecuario.

P: ¿Qué startups están desarrollando para el campo?

I.S.: Cinco años atrás desde nuestra área de I+D empezamos un proyecto de fabricar drones, armarlos, fabricarlos, etc. La idea era prestar una serie de servicios y de ahí en más nos fueron contratando de distintas industrias que van desde seguridad -por ejemplo, en lugar que vaya un seguridad persona a recorrer una gran planta, que lo haga un dron-, hasta el sector de catastro para regularizar asentamientos que no estaban declarados o el multimedia para filmar algo desde arriba. Era todo imágenes, pero terminó siendo un servicio que no tenía una vertical muy clara. Luego, por allegados en común nos contactamos con tres cooperativas agrarias, la de Armstrong, Álvarez y San Jerónimo, y en ese momento ellos estaban trabajando en conjunto con un ingeniero agrónomo que tenía una idea de prestar servicios de mapeo e inspección con drones a los lotes de los productores que conforman parte de esas cooperativas. Desde ahí empezamos un proyecto en el que decidimos crear una empresa en conjunto- que se llama Dataterra- y se dedica a brindar servicio de mapeo e inspección con los drones que tenemos y cualquier otro dron. Lo que se producen son mapas que le sirven a los ingenios agrónomos para armar indicadores donde pueden saber dónde te conviene o no sembrar, si hay una zona que está más o menos castigada o quizás para ver cómo va evolucionando el lote. Lo que buscamos era darle información al pequeño y mediano agricultor y porque a ellos, es porque generalmente los grandes productores ya tienen esta tecnología y eso es una ventaja productiva.

P: ¿Cómo resultó la experiencia, era solo para los productores de las cooperativas?

I.S.: En un inicio arrancamos con los socios de las cooperativas, hicimos varios servicios pero igualmente no escaló de la manera que pensábamos. Entonces ahora lo que estamos haciendo es tratar de articular con actores vinculados al agro que le puede llegar a interesar este tipo de tecnología, como por ejemplo empresas de insumos, entre otros. Si bien la experiencia fue muy positiva todavía quizás falta más por desarrollar la cultura de la implementación de tecnología entre los productores de menor escala, de todas formas seguís apostando a que en breve este servicio puede ser adoptado por más productores. Por otro lado, desde el año pasado en conjunto con otra empresa que está en el polo tecnológico -llamada AgroSpray-, decidimos hacer una nueva startup denominada Agrointelligent que se dedica a la pulverización de precisión. Es un concepto que lo que busca, en lugar de hacer una pulverización masiva como las que se hace con grandes aviones y que generalmente no tiene las condiciones que tiene que tener y que es un tema muy sensible que hay que tomarlo con mucho cuidado, es una pulverizaciones específica y focalizadas en el lugar en el que realmente se requiere hacer. La tecnología permite hacer un vuelo con dron que te hace un mapeo del lote, a partir de ahí se hace un análisis de que zona hay que pulverizar y aplicar el producto, eso genera un economía más interesante para quien tiene que comprar el producto a aplicar y garantizar las condiciones de la aplicación y que sea en forma correcta. Actualmente este proyecto está en marcha, ya armamos el dron, hicimos las pruebas de vuelo, ahora lo que estamos haciendo es un informe técnico mostrando las mejoras que tiene utilizar esta técnica por sobre la de pulverización masiva

P: ¿Cómo estima que será el cambio de escenario político a partir de diciembre?

I.S.: Si lo vemos por lo que sucedía anteriormente, nuestro sector puntualmente, el de ciencia y tecnología, estaba atendido o promovido, al menos se sentía de esa manera. No quiero decir que con este Gobierno que está terminando no haya pasado, pero por ahí era un tanto distinta la impronta, quizás era más vinculada a los negocios que a la promoción de ciencia y tecnología propiamente dicho. A su vez, con el otro gobierno se hacía bandera de la industria nacional y eso sin lugar a dudas es bien importante. De hecho la decisión de la fabricación de drones tiene que ver con eso, con un mensaje que nosotros también queríamos dar de que acá también se puede y que hay capacidad para competir con nuestros productos en el mundo. Sinceramente tampoco podemos objetar que las políticas actuales para nuestro sector y en eso trato de ser objetivo, realmente nuestro sector no tuvo grandes impactos con el cambio de gobierno del anterior con este que está cursando y al que viene, me parece que es un poco ajena la industria a los cambios políticos.

Sobre el Autor

Carlos Suarez
Periodista egresado del ISET N° 18 "20 de Junio" de Rosario, S.F. en 1990. Participó del Primer Congreso Internacional de la Comunicación y el Periodismo en 1998. Colaboró con el programa LA OREJA de Radio Rivadavia conducido por Quique Pesoa en 1992. A partir del 1 de octubre de 2018 condujo VIVA LA MAÑANA por Radio Viva 104.9 de Federación, E.R. En este 2019/2020 administra y redacta en esta página Federación al Día. A partir del 29 de junio de 2020 volvió a FM Stereo 99.3 con el clásico "Demasiado temprano para mentiras", desde las 7 de la mañana. En marzo de 2021 comenzó el nuevo ciclo "La Mañana de Uno" por la 106.1, de lunes a viernes y de 9 a 12 de la mañana.

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