Chau Marcelo, gracias por tu enseñanza.
Marcelo Zlotogwiazda era un buen tipo. Generoso, solidario y brillante. Peleador e inteligente. Nos conocimos en los inicios de Página/12, allá por los inicios de 1988 y siempre estuvo cerca de la historia de ANALISIS. De hecho, vino dos veces a participar de los ciclos de charlas de la revista, en 1992 y en 1997 y por esa lucha con la enfermedad se había disculpado por no poder estar en la programación de este año. «Pero va a ir Ernesto, mi hermano», me dijo, en referencia a Ernesto Tenembaum, su amigo de toda la vida. Creo que fueron sus únicas presencias públicas en Paraná, para contar las cosas de la economía argentina como nadie podía hacerlo, siempre de traje y con su rubia y larga cabellera, que era también otra de sus características. Con sencillez y precisión; para que todos pudieran entenderlo. Era el que nos contaba de su lucha para poder ser padres con su mujer (lo que finalmente lograron); de su obsesión y pasión por el periodismo; de su amor por el cigarrillo, hasta que decidió abandonarlo de una vez por todas, pero también por el deporte; por correr o por colgarse del trapecio. Marcelo se fue muy joven. Peleó hasta el final contra el cáncer. En vez de estar en la cama, prefería ir a la radio o cumplir con su programa de tv. Siempre buscó dar ese ejemplo de que estaba dispuesto a luchar hasta el último minuto de su vida. Y así fue. Gracias por tanto, Marcelo. Descansa en paz, hermano.
AUTOR: Daniel Enz.-
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