¿De dónde se me ocurrió el nombre? Rocío Ayelén…Ayelén es un nombre originario de los aborígenes del sur, de la Patagonia y creía que tenía que ver con la luna. Ella, que hoy 22 de julio cumple 22, nació alrededor de las una y media de la mañana. Mi señora ya sabía que iba a traerla al mundo más o menos para esta fecha. Esa noche mis viejos se habían ido a visitar a sus parientes en Concepción del Uruguay y estábamos solos, solos más esa vida que en cualquier momento se venía. Cenamos milanesas y Mariana decidió bañarse para estar limpia y preparada por si las cosas finalizaban como finalizaron. No había celulares ni nada de eso así que con sus contracciones empujándonos nos fuimos caminando hasta el hospital San José. Yo entré a ayudar al parto. Siempre digo que esa es una experiencia por la que deberían pasar los padres obligatoriamente.
Mariana tenía 19 años y no sabía bien que hacer. Me acuerdo que antes de entrar al parto iba a estar un médico que ya falleció y que tenía fama de borracho. La obstetra Margarita Zerdá lo miró fijo y con la fuerza de un puñetazo le pidió que no entrara. Él hizo caso y se fue. Menos mal. La «Negra» hizo lo que tenía que hacer. Yo le hablaba a mi mujercita y le pedía que le hiciera caso a Margarita mientras le acariciaba el pelo. El tema era que Mariana hacía un poco de fuerza y después dejaba. Margarita decía que eso no era bueno para la bebé. «¡Respirá profundo; conmigo; ahí va!», decía Margarita y creo que los tres hacíamos fuerza.
Lo primero que hizo esa bebé fue estornudar. Después lloró un poquito. Era una porquería llena de flujos y flemas y a la que la piel le quedaba grande. Se cortó el cordón umbilical y Margarita se la puso en el pecho a Mariana quien, cansada pero muy feliz, la miró con una mirada que no he podido quitar de mi memoria. Era julio de 1995. Yo salí trasnochado, feliz, cansado, feliz y sin dormir del hospital y me fui hasta la casa de mis viejos, que era donde vivíamos. Pasé por FM Paisaje, que entonces estaba en avenida Entre Ríos donde ahora hay una óptica, y Raúl Combis me hizo entrar y hablar sobre lo que se sentía ver nacer al primer hijo, primera hija. Desde arriba, Nancy Franzoy -que vivía arriba de esa radio- me advirtió que ahora se venía lo mejor. Y se vino lo mejor no más.
No eran buenos momentos en mi vida pero ella trajo la luz que parecía faltarme. Mariana, madre primeriza, no la pasó bien porque su leche no tenía la fuerza de la leche materna y Rocío se la pasaba prendida. Yo, que siempre me hice el sabihondo, aseguraba que el único alimento era la leche de teta ¡y así estuvo Rocío veinte días sin comer! La pediatra María Nilda Urquiza la vio y dijo, «¡pero esta nena tiene hambre!».
Tan parecida a mi y tan diferente. Tengo que rendirme ante la realidad que me dice que no es más mía. Es de esos chiquitos del jardín de infante donde trabaja. Es de Mati, que indudablemente está muerto con ella; y de la vida y de sus tíos y tías y primos y abuelos, y cada vez menos de mí. Sí, es así. Tiene que ser así. Me gusta cuando se enoja porque le digo que es parecida a una tía mía o que actúa como una celadora o…Rocío es la bebida de las flores, que no necesitan agua sino apenas una humedad. Es algo que pasa con ciertos animales. Y Ayelén en realidad significa encanto o la que sonríe. Tan parecida a mi y tan diferente, cuando cumplió los quince años, entramos juntos con la canción Imagine de John Lennon de fondo y yo le leí un poesía.
Dejáme cantarte una canción desafinada./ Es lo único que hoy puedo hacer/ Es muy poco pero es mejor que nada
Seguro que algún error volveré a cometer./ No soy el mejor padre del mundo /pero se que me necesitarás.
Ojala no sea yo el necio de siempre/ y tus preguntas pueda contestar.
Estas letras han salido de un tirón /Y disculpáme por mi desprolijidad./ Pero es que te vi dormir en mis brazos
Y me pareció que te debía cuidar /de este mundo inmundo./ De la inequidad./ De la miseria humana./De la historia./ Del hambre y de tu papá.
Porque hay un sistema que no deja de funcionar /y que mercantiliza las relaciones. /A mis opiniones no vas a querer escuchar. /Serán otras las letras de tus canciones.
El mundo aunque maquillado sigue igual. /Los ricos dueños de la sal y el pan, /y los pobres pidiendo en los rincones. /Yo insistiendo siempre en querer dar, /como tu mamá te dio peluches y corazones.
Y vos viviendo en tu intimidad. / Y yo, yo viéndote…Como veo angelitos volando en camisones.
¡FELIZ CUMPLEAÑOS, ROCHI! Te quiero mucho…(Tu viejo, el Pato Suárez).-
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