Estudiantes de la Tecnicatura de Turismo y Gestión Turística, que se dicta en la Escuela N° 68, se expresaron en sus redes sociales para hacer un pedido en relación a los ensayos de comparsas que se desarrollan en el anfiteatro local. Cabe recordar que la escuela donde se dictan las clase da al anfiteatro municipal «Juancho Garcilazo».
Según relataron, las prácticas músico percusivas que se extienden hasta altas horas de la noche generan un nivel de ruido que dificulta el dictado de clases y la concentración de los alumnos. “Dentro del aula no nos podíamos escuchar entre compañeros, menos a los profes”, señalaron.
Se remarcó que no se está en contra del Carnaval, pero se planteó la necesidad de buscar alternativas de horario o lugar para evitar superposición con las actividades académicas. “Me imagino lo difícil que debe ser para quienes viven cerca”, agregaron.
El planteo refleja una situación recurrente en ciudades con fuerte tradición carnavalesca: cómo compatibilizar el desarrollo de la fiesta popular con el normal funcionamiento de la vida educativa y vecinal.