Un sueño cumplido a los 81 años
Hay momentos que no se miden en minutos ni en goles, sino en latidos. El último partido entre Boca Juniors y Racing, que terminó empatado 1 a 1, quedará en la historia de Gerardo, vecino de Federación, Entre Ríos, no por el marcador, sino porque fue la primera vez que pisó la mítica Bombonera.
Con 81 años y una vida entera soñando con ver a su querido Boca en casa propia, Gerardo sintió ese cosquilleo que solo provoca uno de los templos del fútbol más apasionantes del mundo. Pero lo que hizo que la tarde fuera perfecta fue quién estaba a su lado: su hijo Sebastián, quien convirtió en realidad ese anhelo guardado por décadas.
El viaje, la llegada al barrio de La Boca, el murmullo que se convierte en rugido, las camisetas azul y oro flameando, el canto incesante de las tribunas… todo se mezcló en un recuerdo que quedará tatuado para siempre en sus memorias. “Ver a Boca en la Bombonera, y encima con mi hijo, es algo que nunca voy a olvidar”, dijo Gerardo con la voz entrecortada y los ojos brillando.
Porque esa tarde, más allá del empate, ganaron el amor por la camiseta, la unión familiar y la certeza de que nunca es tarde para cumplir un sueño.