Este viernes por la tarde, el ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, confirmó una noticia largamente esperada por diversos sectores económicos: el fin del cepo cambiario en Argentina. La medida, que comenzará a regir desde el lunes, implicará la eliminación de las restricciones vigentes para acceder a la compra de dólares, un sistema que estuvo presente de distintas formas durante varios años.
El cepo cambiario es una regulación que restringía la compra de moneda extranjera, especialmente dólares, con el objetivo de evitar la fuga de divisas y proteger las reservas del Banco Central. Bajo este régimen, tanto personas físicas como empresas enfrentaban límites estrictos para adquirir dólares de forma legal, debiendo cumplir con una serie de requisitos o enfrentarse a un dólar paralelo con cotizaciones mucho más altas.
Con el anuncio de Caputo, estas restricciones dejarán de existir a partir del lunes, lo que representa un giro importante en la política económica del país. Según el ministro, esta decisión busca liberar el mercado de cambios, fomentar la inversión, facilitar el comercio exterior y normalizar la economía argentina, que durante años se vio afectada por distorsiones cambiarias.
El levantamiento del cepo podría tener múltiples consecuencias económicas y sociales. Por un lado, se espera una mayor transparencia en el mercado cambiario, con un solo tipo de cambio más cercano al valor real de la moneda. Además, las operaciones financieras, comerciales e inmobiliarias podrían simplificarse, ya que muchas de ellas dependían del acceso limitado a divisas o se realizaban a través de circuitos alternativos.
Por otro lado, el precio del dólar podría experimentar movimientos importantes durante los primeros días de vigencia de la medida, ya que el mercado se ajustará a la nueva dinámica. En ese sentido, analistas económicos advierten que será fundamental observar cómo reacciona el Banco Central y si existen mecanismos de contención para evitar saltos abruptos.
El cepo cambiario en Argentina tuvo distintas etapas. La más reciente comenzó en 2019, aunque ya existían restricciones similares entre 2011 y 2015. En todos los casos, su implementación respondió a contextos de escasez de divisas, presión sobre las reservas y desequilibrios macroeconómicos.
Ahora, con el anuncio del fin del cepo, el Gobierno apuesta a un nuevo esquema económico, en el que el acceso libre a la moneda extranjera sea una herramienta para atraer inversiones, generar confianza y reactivar sectores clave.
El próximo lunes marcará un nuevo capítulo en la política económica argentina, con expectativas e incertidumbres sobre el comportamiento del dólar y el impacto en el poder adquisitivo, los precios y la actividad productiva.