La noche del sábado y madrugada del domingo -28, Día de los Inocentes, y 29 de diciembre- estuvo caliente desde Avenida Alem hacia donde se pone el sol. Violenta. Una madre que hace lo que puede tratando de contener a sus hijos, todos con una problemática socioeconómica diversa; la Policía poniendo orden a balazos de goma y palazos; los vecinos que miran y no ven; la absoluta falta de políticas de Salud mental al alcance de quienes la necesitan; el Estado presente para algunas pocas cosas pero ausente en lo demás; o sea un combo que empezó hace muchísimo tiempo atrás y no parece parar.
La noticia fue publicada por una vecina y madre de Lucio (para algunos tontos el comienzo y final de los males del pueblo) y madre de Ale, que necesita contención y no chirlos. Donde no hay política hay policía dijo alguien alguna vez. Y aquí no hay una política de contención para referentes de la vulnerabilidad social. No se trata de justificar. Si alguien roba, hay que castigarlo. Pero si alguién está «loco» (nótese las comillas) ¿qué se puede hacer en Federación aquí y ahora?
Cambiaron al jefe de la Policía local. Edgardo Montenotte tenía un plan. Sonaba bien. Se trataba de integrar a los menores que delinquen. De a poco. Darles el lugar que la sociedad federaense les quitó y quita todos los días. Mostrarles confianza. No se sabe si el nuevo jefe Esteban Riquelme continuará con lo que tímidamente quiso empezar Montenotte. Ojalá. Más vale tarde que nunca.