Benito Rodolfo Pastori es oriundo de Paraná. En el próximo mes de octubre cumplirá 88 años; es padre de gemelas con un primer matrimonio y de un tercer hijo con la federaense Zoraida. Fue y será el primer divorciado casado en Federación. Pero nada de eso es lo central de la charla mantenida con FEDERACIÓN AL DÍA, porque lo principal es el conocimiento que este maestro mayor de obras tiene sobre cómo se construyó la ciudad de Federación entre 1977 y 1979.
¿En qué contexto se da su llegada a Federación y en qué año?
-Yo soy oriundo de Paraná. Soy maestro mayor de obras; he tenido empresas constructoras muchos años. A mi me convocaron para integrar la inspección de obra y así fiscalizar toda la construcción de la ciudad de Federación y Santa Ana. Específicamente me tocó Federación porque en Santa Ana estaba otra empresa. Se armó así un equipo de alrededor de dieciséis personas que teníamos que inspeccionar la ciudad. El Consorcio Federación fue la empresa constructora y nosotros éramos los encargados de controlar estas empresas, fiscalizarlas y medir lo que se hacía. Éramos la parte pública; éramos los encargados de controlar la buena ejecución de los trabajos. Y así emitir los certificados de obra para que se les pague mensualmente.
¿El proyecto comienza en el gobierno provincial de Enrique Cresto?
-El proyecto comienza en el gobierno de Cresto. Todo el desarrollo de la ciudad, el diseño se hizo con profesionales de Arquitectura y de otros organismos de la provincia. Y se tendría que haber empezado la ciudad en el año 1976. Justamente, hubo un golpe de Estado y se postergó el comienzo de la obra hasta el año 1977. Yo vengo acá, contratado, el 25 de julio del año 1977.
¿Cómo era su vida en aquel entonces?
-Ya estaba casado. Yo trabajaba en construcciones y, en ese momento, me había contratado la Provincia como inspector del registro de constructores. Yo era el que se encargaba de dar la capacidad de ejecución de las empresas constructoras. En ese momento me hacen una oferta tentadora; directamente me convocó el entonces ministro de Obras Públicas, de facto, Fábrega. La obra es una especie de consecuencia de la represa de Salto Grande. La empresa ya había empezado la construcción de la represa y si o si se terminaba en una fecha justa, en 1979. Nosotros habíamos perdido un año.
¿Qué inconvenientes generó que los tiempos de la construcción de la represa no fueran los mismos que los de la construcción de la ciudad?
-Se había previsto que la obra empezara en 1976. Ya estaba la licitación hecha pero bueno, justamente, después se trató de ganar ese año que se había perdido. La fecha de terminación era irreversible. Se trabajaba a toda máquina, las veinticuatro horas. ¡Nunca en mi vida vi caer tanta agua! Porque llovía día y noche. Nos manejábamos permanentemente en el barro, con botas de goma y capa. Felizmente se llegó a buen término. Por supuesto que faltaron una cantidad de cosas como las escuelas: se terminaron dos escuelas y las otras dos estaban en estado avanzado. Y así nos cambiamos. No existía la municipalidad; no existía la terminal de ómnibus ni la Prefectura. Por supuesto no teníamos ni pavimento, ni veredas ni alumbrado público. La iluminación de la ciudad era un poste de eucaliptus, cada dos cuadras, con un foquito.