Se murió Luis Rondonotti. Todos los conocíamos como «Yiyo», un sobrenombre que, alguna vez me contó, le puso su padre, un duro piamontés que había recibido varias medallas por su participación en la Segunda Guerra Mundial. Nos quedó pendiente esa charla sobre su padre y cómo vino a la Argentina. A «Yiyo» lo conocí en 1979, durante la secundaria. Él estaba terminando la escuela secundaria y nos llevaba a todos entre diez y once años. En aquella época él estaba en la Prefectura, uno de sus trabajos más duraderos, porque también fue camionero y después se re inventó con la panadería. Siempre puso como condición de vida el ser libre. Quién sabe qué opinaría hoy sobre «los libertarios». Identificado con el radicalismo y con Social, gustaba escuchar rock nacional pero más le gustaba el grupo norteamericano Creedence. Deja, tras su muerte de este 8 de julio, hijos, viuda, la panadería y sus nietos. Durante su paso por esta vida debió luchar y mucho contra el pesar que significó el suicidio de uno de sus hijos. Rondaba los 70 años. Se lo va a extrañar mucho.
DESPEDIDA INCOMPLETA A «YIYO» RONDONOTTI.
