Tarde de viernes 16 de junio. Viaje a Zárate a presenciar la jura de fidelidad a la bandera por parte de cadetes, aspirantes de primero y segundo año y marineros de la Escuela de Prefectura. Viaje agradable. Pericia del remisero santafecino radicado en Federación, Carlos Martínez, en estas lides. De pronto, a eso de las tres menos veinte de la siesta, efectivos de Gendarmería haciendo señas y colocando conos anaranjados en ambos carriles dobles de la Autovía «José Gervasio Artigas». Una fila de varios kilómetros se formó en la mano que ingresa a Entre Ríos de la Ruta Nacional 12, en el sur de la provincia, producto de un choque múltiple a la altura de la Isla Talavera, en provincia de Buenos Aires. Esto fue lo publicado por el portal El Día de Gualeguaychú. El accidente ocurrió en la Isla Talavera, comienzo ¿de la provincia de Buenos Aires? Es que, salvo los lugareños, no se sabe dónde termina Entre Ríos y dónde empieza Buenos Aires. Sí, hay mapas, google map y esas cuestiones pero uno que no transita por allí seguido entra como en una zona neutra entre ambas provincias. Y está el puente, claro. El llamado Complejo Zárate-Brazo Largo.
Volvemos al portal gualeguaychuense. El siniestro ocurrió en el kilómetro 101 de la Ruta Nacional Nº12, en provincia de Buenos Aires. Gendarmería nacional, una empresa de ambulancias privada, paramédicos, médicos, la Policía, muchos curiosos salidos de un comercio que vende todo para el pescador de las cercanías y la larga, larguísima, interminable fila de camiones, autos, ómnibus y hasta una moto como salida de la serie Sons of Anarchy. Rápidamente aparecen los muchachos de Hugo Moyano, identificados por sus buzos con leyendas HUGO MOYANO-CAMIONEROS. (Ahí hay orga, compañeros). Comienzan a circular los rumores. La hora pasa. Teníamos que estar a las tres y media en la Escuela de los prefecturianos (no, no se dice prefectos). No vamos a llegar a la jura. Comienzan a correr los rumores. Que fue por un perro. Sí. Los vehículos involucrados fueron una Volkswagen Amarok, un Jeep Grand Cherokee, un Peugeot 207 y un Ford Eco Sport, indicó el sitio Enlace Crítico. Los equipos de emergencias y rescate de Zárate, como también los Bomberos Voluntarios de Zárate y Campana, fueron quienes liberaron a las personas heridas. Se dijo con fuerza de verdad que fue por esquivar un perro que la Amarok se atravesó en la ruta producto de la frenada intempestiva. «Si hubiera sido una vaca, hubiéramos estado de asado», bromeó uno de los que se bajó de su auto a curiosear. Los periódicos no publicaron las razones del choque múltiple. Es que, parece ser, una imagen vale más que mi palabras. No necesitó mil palabras el responsable del operativo por parte de Gendarmería, de nombre Emanuel y con acento del noreste profundo. Simplemente dijo: Hay que esperar que vengan los Bomberos para sacar la camioneta y así liberar el tránsito. El tránsito, carril norte-sur de la autovía, estaba interrumpido no tanto porque la Amarok impedía el paso si no porque se había derramado mucho combustible alrededor y abajo de ese vehículo. Sin embargo una mujer con su criatura en los brazos estaba próxima a ese vehículo, algo que promovió la ira de uno de los conductores. «Son unos inoperantes», dijo. Otro, sacado, se acercó hasta Emanuel gendarme y le dijo que, «por culpa de estos apurados, por culpa de estos boludos, ocurren estos accidentes». Era como que quería hacerse notar frente a la autoridad. 
A las tres y veinte ya la tarde parecía perdida para quienes debíamos estar en Zárate a las tres y media. Llegó hasta el lugar una mini auto bomba de Bomberos de Zárate. En lugar de mover la Amarok y liberar el paso se dispusieron a cortar, literalmente cortar, como si fuera una lata de conservas, al Peugeot 207 que había quedado hecho un manojo de chatarra insalvable. Afortunadamente no hubo fallecidos. La magnitud del accidente así hacía pensarlo. Los policías de Zárate y Campana habían empezado a envolver con sábanas a los heridos, si es que podían. Cuando los bomberos se dispusieron a cortar la chatarra muchos curiosos más se acercaron. Por una ruta de tierra lateral, en sentido sur-norte, varios camiones y autos se desplazaban buscando la salida. Para nosotros la salida llegó desde el conocimiento del lugar de un gendarme. «Si hacen tres kilómetros, dan vuelta a la rotonda pueden salir, pero van a tener que meterse por un caño que hay ahí», dijo el uniformado. Efectivamente, salimos como por un tubo.