CONTROL Y EDUCACIÓN.

En la villa termal entrerriana de Federación hay algunos cabos sueltos. Hay muchas ordenanzas del Concejo Deliberante, o sea leyes municipales, que están vigentes pero no se aplican. Por ejemplo, se ha creado el Departamento u oficina de Zoonosis pero no se lo ha puesto en marcha. Y este ejemplo viene a cuento ya que un federaense perdió la vida por caballos sin marcar y sueltos ¡en la Autovía Artigas! En la villa termal entrerriana de Federación hay muchos animales sueltos y sin visitar al veterinario. Hay caballos que deambulan sueltos por las calles y hay la friolera de más de dos mil perros. Si el control del Estado no está deberían estar la educación y el sentido común. En estos lugares existe algo llamado «idiosincracia pueblerina» que hace pensar y actuar de manera «particular» a los dueños de los caballos. Los dueños de los caballos aman a sus animales pero los hacen trabajar como animales de carga y de tiro. Y no les controlan las enfermedades y los alimentan mal. Hay algunos que los tienen bien atendidos a los caballos pero solamente porque tiran del carro en el que cargan el ripio que sacan de cualquier lugar de la ciudad donde haya ripio. Un «viaje» de ese ripio cuesta a quien lo solicita ochocientos pesos. Si losa dueños de los carros sobreviven de esa manera sin pagar tasas por lo menos que se preocupen por los caballos y no los dejen sueltos.

Líneas arriba decía que si el control del Estado no está deberían estar la educación y el sentido común. Es que la educación (eso que se recibe en las casas y no en las escuelas) hace que seamos mejores y que nos importe convivir en paz y lo mejor posible. El control del Estado es rigor. Y el rigor no cae bien. Por eso debe haber educación para que alguien no le dé más valor a un animal que a un vecino que transita en su auto y debe esquivar caballos sueltos. El sentido común indica que así como no se puede hacer una ventana hacia el lado del vecino tampoco se puede criar caballos en cualquier lado. Pero nuestra sociedad está cada vez más rota y cada vez se hace más difícil recomponer el tejido social. Justamente por eso hay que unir control estatal y educación hogareña para tratar de no desbarrancar del todo. El control del Estado debería obligar a quienes crian caballos a tenerlos en un lugar apropiado. Y la educación debería obligarnos a no hacer cualquier cosa en cualquier lado.