La Escuela Secundaria N° 5 «Domingo Faustino Sarmiento», más conocida como «la Normal» prepara un bono contribución mediante el cual quien lo compre accederá a una porción de locro y a su vez colaborará con la cooperadora. Es que el establecimiento educativo -cuyo edificio había sido pensado como cuartel de bomberos- no cuenta con salón de actos y planea enmendar esa falta comprando sillas plásticas plegadizas para ubicar en el salón de actos que no es tal sino el pulmón del edificio. En el acto de entrega de los boletines de calificaciones la rectora Daniela Rollano informó de éste y otros asuntos. «Todo lo que hacemos lo hacemos por los chicos», dijo. Se construyeron mejoras en las aulas y un bicicletero ya que si bien muchos van en motos y autos son innumerables las bicicletas estacionadas frente a la escuela, sobre avenida Las Violetas. Además se cuenta con clases de apoyo de todas las materias y clases de arte y teatro. La firma maderera de Corso donó maderas para la construcción de diversos elementos.
Al tutor de la escuela, Carlos Martens, le tocó hablar de lo menos positivo. Se refirió a que felicitaba al 60% de padres y alumnos que cumplían con todo y en especial con el Código de Convivencia Escolar, documento que se firma al inicio de clases. Pero destacó también que el 40% restante tienen que ver con la falta de compromiso de los padres y, sobre todo, con quienes repiten. Resaltó que «a principio de año hicimos un convenio con los padres de los repitentes y se comprometieron a firmar el convenio y respetarlo acompañando a sus hijos en la actividad escolar, pero el 98% no cumplió». Reiteró la cifra: el noventa y ocho por ciento de los padres de alumnos que repiten firmaron un convenio del cual se desentendieron al minuto.
En el ámbito escolar de «la Normal» no hubo que lamentar hechos de violencia excepto por ciertos mensajes agresivos disparados desde facebooks y otras redes sociales. «Salvo una pelea que se dio entre chiquitos de primer año, no hubo que lamentar hechos de violencia», destacó el tutor Carlos Martens.
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