TODAVÍA NO HAY RESPUESTAS PARA EL SECTOR CITRÍCOLA REGIONAL.

Fernando Borgo, titular de la FeCiER (Federación del Cítrus de Entre Ríos) se manifestó por la situación del citrus en la zona y aclaró que el momento difícil, “lo venimos viviendo desde hace mucho tiempo». Afirmó que, «hace años que venimos trabajando sin rentabilidad y uno tenía la expectativa de que las cosas podían cambiar, pero las respuestas se están demorando mucho”.

En este sentido explicó que “así como acá ingresa fruta sin restricciones, esperábamos que la apertura de mercados se hiciera más rápido, no hay un tratamiento igualitario”.

De los precios dijo que “terminamos la zafra pasada con precios totalmente devaluados, con un mercado retraído y eso para las expectativas de la zafra que viene, es malo”.

Más adelante recordó que desde su organismo habían presentado los objetivos y hacia dónde apuntaba la FeCiER. “Lo presentamos en el gobierno provincial, nacional y en las distintas instituciones intermedias, y desde ahí a cada uno le corresponde una parte para hacer, como la fiscalización de entrada de fruta del norte y la salida fruta nuestra para estandarizar la calidad de la fruta, nos habían dicho que sí, que ya estaba, lo anunciamos, y nunca se hizo, hoy está entrando fruta de Misiones, y los controles no se están haciendo como debería”, afirmó Borgo.

En otro orden de cosas, se refirió al complicado mercado exportador y comentó que se reunirán la próxima semana con Marisa Vilchez, que es la encargada de Comercio Exterior dentro de la Secretaria de Agricultura. Borgo afirmó que, «creemos que vamos a tener noticias sobre la venta a Brasil, creo que si nos llaman es para darnos buenas noticias, pero hasta ahora no hay nada confirmado”.

Finalmente, Borgo remarcó que “la incidencia que tiene la citricultura en la región va más allá de quienes trabajamos en este sector, involucra a todos directa o indirectamente, pero no hay soluciones mágicas y es un abanico muy grande de factores a tener en cuenta”.

De la misma manera pidió “prudencia y responsabilidad a los productores, para que no traigan plantas de la zona norte, la fruta tiene que venir procesada, empacada, encintada y supervisada por un inspector del Senasa, no podemos correr el riesgo de que venga material infectado y eso nos haga perder un gran porcentaje de citricultura”.